domingo, 27 de abril de 2008

LEONES POR CORDEROS, DE ROBERT REDFORD


Lo primero, un aviso a navegantes: esto no es un blog de cine, aunque también se hable de cine. No pretendo contar las películas que voy viendo, los estrenos: para eso ya hay muchos blogs, algunos muy buenos. Prefiero señalar de vez en cuando películas sobre las que hay algo que decir, aunque estén retiradas de las carteleras. Creo que es el caso de LEONES POR PORDEROS, que acabo de repasar (la primera vez que veo una película la disfruto –o no, claro. La siguiente, si me interesa, la analizo).

El posicionamiento político de ROBERT REDFORD es conocido, y en la cinta queda patente. Pero el interés no me parece que esté ahí (son sus opiniones, en principio tan respetables como las de quien piense justo lo contrario), sino en la posibilidad del cine de hacernos pensar, de plantear debate sobre temas de claro interés y con muchos puntos de vista. Ahí sí que la película dice cosas, y nos lleva a dar vueltas (eso sí, quizá más a los compatriotas de REDFORD que a los demás). A mi sobre todo me dice que las cosas no son blancas o negras ...

La película es intensa y está bien trabada: tres historias que discurren en paralelo y otra en flash-back. Todas relacionadas: un senador que trata de manipular a una periodista que tuvo ideales (y alguno parece que le queda, aunque el sueldo a fin de mes siempre es el sueldo a fin de mes) para que siga apoyando la guerra; dos jóvenes inteligentes –un negro y un mejicano- que pretenden comprometer a la sociedad en su constante construcción (el flash-back), y entienden que para eso deben participar en los momentos constitutivos del futuro (en el momento que se desarrolla la acción, la guerra de BUSH contra el terrorismo); un universitario listo y capaz, desencantado del mundo que le rodea y a punto de dejarse llevar por la apatía y la facilonería de una vida cómoda, nada comprometida, a quien su profesor –el mismo que apostó por el negro y el mejicano- intenta hacer reaccionar. Quizá esta trama sea la más floja, por obvia. La primera, la entrevista entre TOM CRUISE y MERYL STREEP, notablemente mejor. La intermedia, necesaria para apoyar el discurso.

Los actores, muy bien, como es de esperar: CRUISE quizá especialmente bien. Y sorprendente el alumno pasota de REDFORD, que transmite plenamente esa situación de tanto joven USA que sólo tiene cabeza para conseguir el sueño americano.

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