martes, 31 de enero de 2012

CABECERA DE ENERO DE 2012: EL SURREALISMO DE RENÉ MAGRITTE

Durante el mes de enero de 2012 la cabecera de selecciónARTE ha sido un detalle de GOLCONDE, del pintor belga RENÉ MAGRITTE. Óleo sobre lienzo pintado en 1953, mide 81 x 100 cm. y se conserva en la MENIL COLLECTION de HOUSTON, TEXAS.
Una posible clave de interpretación: ¿subimos, o bajamos?

miércoles, 25 de enero de 2012

EL TEATRO DE LA VIDA, de SIEGFRIED LENZ











Desde que leí la sensacional LECCIÓN DE ALEMÁN, hace ya bastantes años, SIEGFRIED LENZ me ha interesado mucho. Luego llegó CAMPO DE MANIOBRAS, también espectacular. Más tarde otras novelas y relatos (LA PRUEBA ACÚSTICA, EL USURPADOR, EL LEGADO DE ARNE …) que me impactaron menos, pero no me defraudaron. Así que cuando vi que la editorial MAEVA había publicado una nueva obra suya, no lo dudé: compré EL TEATRO DE LA VIDA (LANDESBÜHNE, 2009) y en cuanto terminé NUEVA YORK me puse con ella; es muy corta, así que me duró apenas unos días.

Desconcertante es la palabra que mejor la define (y perplejidad el estado en el que me dejó): quizá no haya entendido nada, pero me ha parecido una simpleza notable. La contraportada señala que Siegfried Lenz desafía los límites entre realidad y ficción en esta sorprendente novela, una maravillosa historia sobre el valor redentor de la creación artística. No he encontrado apenas nada de eso: tal vez un reflejo lejanísimo en la parte final, con la representación de Esperando a Godot y la consolidación de la amistad entre los dos protagonistas (de la novela, no de la obra de teatro). EL TEATRO DE LA VIDA me ha resultado surrealista y –si de verdad persigue lo que dice la contraportada- pretenciosa. Quizá SIEGFRIED LENZ intenta una pirueta relacionada con BECKETT y su teatro del absurdo que yo no he sabido entender, pero la impresión que he tenido es de estar leyendo a ARTO PAASILINNA: con eso lo digo todo!

Lo de relacionar a LENZ con PAASILINNA seguramente ha pasado porque –además de lo surrealista de las situaciones- en Navidad me han regalado una novedad del finlandés llamada EL AÑO DE LA LIEBRE. Después de EL MEJOR AMIGO DEL OSO hice el propósito de no dejarme engañar de nuevo por él, pero … lo reconozco: he estado a punto. Al terminar EL TEATRO DE LA VIDA comencé con EL AÑO DE LA LIEBRE, y llegué hasta la página 50. Aunque la camisa de la portada asegura que se trata de la obra maestra de PAASILINNA, a mi me pareció más de lo mismo: no es lo peor que he leído suyo, es verdad, pero tampoco lo mejor. Todo me sonó a sabido, y paré. Así que si alguien puede dar alguna pista sobre EL AÑO DE LA LIEBRE será muy de agradecer. Por ahora, dejo a ARTO PAASILINNA en cuarentena.

jueves, 19 de enero de 2012

EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN, de PIETER BRUEGEL EL VIEJO, en el MUSEO DEL PRADO

Estuve hace unos días viendo EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN, recientemente descubierto y ya restaurado: se expone hasta el próximo 25 de marzo en la Sala D de la Ampliación del MUSEO DEL PRADO, acompañado de algunas explicaciones sobre la obra, una gran imagen –también comentada- de la radiografía del cuadro, y un interesante vídeo sobre el proceso de restauración.


EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN representa, con el típico abigarramiento de personajes de BRUEGEL, el reparto del primer vino de la temporada a las afueras de un pueblo flamenco. En el centro de la imagen aparecen muchos aldeanos que, subidos a un enorme tonel rojo, pelean por llenar de vino los recipientes que llevan en las manos. A la derecha de la escena el propio San Martín reparte su capa con un par de mendigos, haciendo referencia a la fecha del acontecimiento, y como contrapeso espiritual a los excesos que provoca la borrachera terrenal: peleas, vomitonas, y bailoteos que quedan reflejados a la izquierda del cuadro.


Llaman la atención el efecto tan mate y poco nítido de la sarga (temple de cola sobre una tela de lino), y su gran tamaño (148 x 270 cm.), poco habitual para lo que uno (yo) recuerdo y conozco de BRUEGEL.

Tenía ganas de ver EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN por la obra en sí, desde luego, pero también por lo que tiene de fascinante encontrar un cuadro que se creía perdido, desaparecido desde hace tiempo: supongo que para los expertos que vivieron el hallazgo y que trabajaron en su restauración debió ser toda una aventura, y he de reconocer que imaginármela con el cuadro a la vista me parece casi de película.

Más adelante EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN se expondrá de manera habitual junto a EL TRIUNFO DE LA MUERTE, el otro cuadro de PIETER BRUEGEL EL VIEJO que se conserva en el PRADO.

miércoles, 11 de enero de 2012

NUEVA YORK, de EDWARD RUTHERFURD




Después de un montón de semanas de lectura he terminado NUEVA YORK, larguísima novela que siguiendo las peripecias de la familia Master nos cuenta la historia de la ciudad desde 1664, cuando aún era NEW AMSTERDAM, hasta 2009. Ya había leído LONDON, del mismo autor, y esperaba algo similar. Mi conclusión es que sí, pero no: se parecen mucho, pero también se diferencian notablemente. Me explico.


Respecto a los parecidos hay, sin duda, un enorme paralelismo en la estructura narrativa y en el estilo de las dos novelas: RUTHERFURD escribe exactamente igual en los dos casos, y recurre a los mismos mecanismos para contar la historia de las dos ciudades. Entre las diferencias, la primera, obvia, es la temática: cuentan, lógicamente, historias diferentes … aunque no se puede olvidar que el principio de la historia de Nueva York está en Inglaterra, y por lo tanto hay una relación importante entre los acontecimientos que se cuentan a un lado y al otro del Atlántico: desde Nueva York siempre se mira -aunque sea de reojo- a Londres. Otra diferencia está en la dificultad/facilidad para acompañar a los personajes a lo largo de los siglos. Mientras que en LONDON tratamos de seguir a varias familias complejas y más o menos extensas (el lector necesita un cuadro genealógico al inicio del libro para no perderse mucho), en NUEVA YORK las relaciones son mucho más lineales: giran en torno a una única familia principal (los Master, que empiezan siendo Van Dirk) y tres que la acompañan (los Keller, los O’Donnell y los Caruso).


Pero hay, en mi opinión, otra diferencia más importante, más de fondo: lo que se cuenta. Me ha parecido que NUEVA YORK es una novela que se centra en el desarrollo de una sociedad muy singular, y no en grandes acontecimientos históricos, que es lo que leemos en LONDON. LONDON abarca más de veinte siglos de historia densa, muy densa, y en cambio la historia que retrata NUEVA YORK recorre poco más de cuatrocientos años; con algunos momentos intensos, es cierto, pero no muchos, y esto se nota. Claro que pasan cosas, sucesos reales que han configurado Nueva York; claro que vemos crecer la ciudad, en extensión primero y en altura después; pero, al hilo de la vida de gente muy normal (personajes de ficción), sobre todo lo que vemos es cómo se articula una sociedad desde la nada hasta lo que hoy es Nueva York: cómo se origina una clase alta neoyorkina que gobierna, cómo se crean las grandes fortunas, cómo llegan y se asientan los emigrantes (alemanes primero, irlandeses e italianos después, finalmente los puertorriqueños), cómo cobran fuerza los judíos, y cómo se acaban mezclando –o no- unos con otros.


EDWARD RUTHERFURD refleja bien el carácter, el orgullo y la ambición de sus habitantes, la gente de Nueva York, en especial de sus clases dominantes (en NUEVA YORK casi siempre vemos Nueva York desde arriba, y pocas veces nos asomamos a la parte más sórdida de la ciudad); refleja la pujanza económica de la ciudad (la motivación comercial y crematística es clave en la historia de la familia Master, situada en la parte más alta de la pirámide social); refleja el valor de la libertad. Mientras leía me han venido a la cabeza otras novelas que de una manera u otra encajan en el ambiente de los Master: por ejemplo, LA EDAD DE LA INOCENCIA, de EDITH WHARTON, o EL RECTOR DE JUSTIN y LA EDUCACIÓN DE OSCAR FAIRFAX, de LOUIS AUCHINCLOSS.


NUEVA YORK es un libro interesante que casi siempre resulta entretenido (no siempre: en alguna ocasión RUTHERFURD estira demasiado las situaciones). Aunque el lector no haya estado allí obtiene una idea ajustada de una ciudad mítica, mil veces recorrida como escenario de novelas, de películas, de impactantes sucesos reales (sí, estoy pensando en el 11 S, que todos tenemos grabado en la memoria). Si, además, conoce Nueva York, supongo que disfrutará el doble. Una lectura que hay que plantearse con tiempo por delante, pero que vale la pena.

jueves, 5 de enero de 2012

ARQUITECTURAS PINTADAS, en el MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA y la FUNDACIÓN CAJA MADRID

Unos días antes de que acabara 2011 y unos días después de que empezara 2012 me acerqué a ver ARQUITECTURAS PINTADAS, primero al THYSSEN y después a la CASA DE LAS ALHAJAS de la Plaza de San Martín. ARQUITECTURAS PINTADAS quizá no sea una exposición multitudinaria (pienso que muchos la pueden encontrar repetitiva), pero a mi me ha resultado entretenidísima, supongo que por aquello de la deformación profesional. ARQUITECTURAS PINTADAS está planteada de manera cronológica, desde el primer Renacimiento hasta el siglo XVIII: el visitante descubre cómo en un primer momento la arquitectura fundamentalmente sirve de referencia para situar la escena principal (el templo de Jerusalén, o la ciudad de Sicar con su pozo), después cobra importancia como marco/fondo de la escena, después pasa a ser el espacio donde la acción sucede, hasta que finalmente la arquitectura se hace protagonista, cobra autonomía y pasa a ser la escena principal. Resulta interesante ver cómo los artistas poco a poco entienden las leyes de la perspectiva o cómo se va ganado en complejidad espacial. También tiene mucho interés ver cómo la pintura hace de notario: refleja la evolución de algunos edificios (la Basílica del Vaticano con las torres laterales, por ejemplo); la despreocupación por el monumento (el aprovechamiento de cualquier esquina para encajar una vivienda, o la falta de respeto para adosarlas a elementos que ahora valoramos de manera singular –arcos, puertas, templos- y conservamos completamente exentos); la vida en la ciudad; las fiestas; hasta las modas en el vestido ... si uno mira con calma, descubre infinidad de detalles. Al llegar al final encontramos la pintura como souvenir, como recuerdo del viaje, como testimonio del GRAND TOUR. Y, por supuesto, la poética de la ruina y el jugueteo arquitectónico, los caprichos: la catedral de San Pablo de Londres en medio de los canales venecianos es todo un paradigma. En mi opinión, vale la pena acercarse al THYSSEN y a la CASA DE LAS ALHAJAS a ver ARQUITECTURAS PINTADAS: a quien le guste mínimamente la pintura y la arquitectura seguro que disfruta.