sábado, 30 de noviembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, XI: LA SEDE DE BANKINTER EN EL PASEO DE LA CASTELLANA, DE RAFAEL MONEO y RAMÓN BESCÓS, ARQUITECTOS


Una perspectiva del edificio BANKINTER en el Paseo de La Castellana, 29 (o, más propiamente, en la calle del Marqués de Riscal, 13) ha ocupado durante el mes de noviembre de 2013 la cabecera de selecciónARTE.


Proyectada y construida por RAFAEL MONEO y RAMÓN BESCÓS entre 1973 y 1976, la SEDE DE BANKINTER se levanta en parte de la finca del PALACIO DEL MARQUÉS DE MUDELA, construido en 1905 por el arquitecto LORENZO ÁLVAREZ CAPRA, y que también se mantiene en pie.

 

Resulta interesante ver cómo MONEO separa los dos edificios con ese gran paño que nos trae a la cabeza el EDIFICIO DE SINDICATOS: aquí el arquitecto parece respetar el palacete conteniendo la nueva edificación con un muro de gran potencia, y generando una larga hendidura que los distancia. A la vez, los dos edificios dialogan: los materiales juegan en esto un serio papel (el ladrillo, tan de Madrid, como elemento clave), y también ese cuerpo bajo que se enfrenta a un mirador del palacete como si fuera su gemelo actualizado. La otra fachada principal surge en diagonal, haciendo de la necesidad (debe respetar unas servidumbres con los edificios vecinos) virtud: consigue una intensa e interesante proa hacia la calle, de geometría rotunda y gran riqueza formal. El conjunto se cierra al fondo con un potente muro curvo, que aloja el salón de actos.


Los cuerpos de huecos más altos se dividen con unos frisos del escultor FRANCISCO LÓPEZ HERNÁNDEZ.

viernes, 1 de noviembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, X: TORRES BLANCAS, DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA, ARQUITECTO

Durante el mes de octubre de 2013 el edificio TORRES BLANCAS ha ocupado la cabecera de selecciónARTE. Proyectado y construido por FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA entre 1961 y 1968, es sin duda una de las imágenes más reconocibles del paisaje madrileño.

 

Así se describía el edificio en aquel mítico número de EL CROQUIS dedicado a OÍZA en abril de 1988 (lo copio completo, con esos párrafos finales que tienen el encanto de lo pasado):

Bloque de viviendas situado en la avenida de América, en la entrada a Madrid desde Barcelona y el aeropuerto de Barajas. En este proyecto se afronta el problema de constituir una unidad de diseño a escala urbanística, a partir de la suma de tipos distintos de viviendas. En este sentido, el espacio de acceso a la torre, con su hundimiento en el terreno, el «acabado» de los voladizos superiores y la potencia de cada elemento constructivo ayudan a conseguir el objetivo.

En el proyecto original, las torres debían haber sido dos. La torre edificada consta de dos pisos subterráneos, un piso de entrada, ventiún pisos de viviendas, un piso intermedio de servicios y dos pisos, en la parte superior, destinados a centro social con restaurante, bar, piscinas y ambientes de vida en común. La torre ocupa 900 metros cuadrados de un solar cuya superficie total es de 3.600 metros cuadrados; el resto está destinado a terraza-jardín, que actúa al mismo tiempo de cubierta del aparcamiento subterráneo. Dos rampas de escalinatas llegan, a través del jardín, a la entrada, que se caracteriza por un original tratamiento del techo. Los servicios son centrales.

Los apartamentos, cuatro por piso, en algunos casos son «dúplex». Las paredes de cemento son autoportantes. Cada vivienda cuenta con amplios balcones semicirculares, que caracterizan claramente a la torre. Con este edificio se confirmó una tendencia «orgánica» en la arquitectura española de su tiempo. Los tipos de vivienda son cuatro, con superficies de 90, 120, 212 y 395 metros cuadrados (éstos últimos en forma de dúplex, obtenidos mediante la integración de dos planos superpuestos, en los cuales la terraza del plano superior se adentra ligeramente respecto a la del plano inferior).

La estructura es de cemento armado sin pilares, ya que son las paredes verticales externas y algunos elementos verticales internos los que realizan las funciones de sustentación, formando un conjunto monolítico, una roca de cemento, una estructura estéticamente muy interesante.

El edificio disfruta de aire acondicionado, y regulación automática y graduable en todos los apartamentos. Las terrazas presentan cierres a cierta altura, con persianas de madera de teca antigua vista.

Los ascensores principales son dos. Existe, además, uno de servicio. Todos los servicios y las instalaciones son de alta calidad, obteniéndose el lujo moderno que el folleto promocional ofrecía a los futuros usuarios.

Las cocinas y los cuartos de baño están provistos de un sistema general de ventilación mecánica, que mantiene un nivel de ligera depresión en el ambiente, impidiendo así lo propagación de los olores.

 

En algún sitio leí que TORRES BLANCAS, junto con el EDIFICIO GIRASOL de JOSÉ ANTONIO CODERCH, son los máximos representantes de la arquitectura residencial de Madrid. Construidos casi simultáneamente, uno con estructura de acero y el otro en hormigón, ambos edificios pretendían ser para sus promotores construcciones extraordinarias, fuera de serie. En mi opinión, lo son, sobradamente.


Aquí dejo un enlace para el que quiera más información.