domingo, 30 de noviembre de 2008

CABECERA DE NOVIEMBRE


La cabecera de selecciónARTE durante el mes de noviembre ha sido un detalle de IN ICTU OCULI (EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS), del sevillano JUAN DE VALDÉS LEAL. La obra, óleo sobre lienzo pintado entre 1670 y 1672, mide 220 x 216 cm. (la parte superior tiene forma semicircular) y se encuentra en el HOSPITAL DE LA CARIDAD de SEVILLA.

viernes, 28 de noviembre de 2008

COSECHA ROJA, de DASHIELL HAMMETT


Cuando terminé de leer EL SUEÑO ETERNO puse en mi montón de libros pendientes COSECHA ROJA, que es uno de los títulos que tenía en la cabeza como paradigma de la novela negra americana. Como ya he dejado constancia en selecciónARTE, otros títulos se han colado al de HAMMETT, pero después de EL GRAN GATSBY lo cogí con ganas, y lo terminé hace unos días.

Leer COSECHA ROJA es como ver una película de gansters de las de antes, en blanco y negro, con tiros constantes, muchos malos malísimos apretados en coches negros grandes grandísimos, la correspondiente femme fatal, y muertos a diestro y siniestro. No es una joya -me parecieron mejores EL SUEÑO ETERNO y EL HACÓN MALTES- pero desde luego tiene interés y es muy amena.

El escenario es la ciudad de PERSONVILLE, tan corrompida que es conocida como POISONVILLE, Ciudad-Veneno. EL AGENTE DE LA CONTINENTAL, sin nombre conocido por el lector, es el protagonista de la novela. A pesar de tener muy poco aspecto de héroe (su físico es bastante normalito, tirado a discreto), por su intuición, rapidez de cabeza y frialdad resulta un tipo duro, acostumbrado al peligro, a las balas y a pasear entre cadáveres, impasible ante los encantos de la mujer que tiene arrebatada a toda la ciudad.

Junto a él todo un catálogo de malos –no hay ni un bueno- que van apareciendo constantemente -el lío de nombres es notable, lo que también lía la acción, aunque no carga demasiado el ritmo de la historia- y que van muriendo como escaramujos, hasta que al final no queda títere con cabeza. A eso se refiere el título: a la magnífica cosecha de cadáveres ensangrentados que nos sirven en bandeja. Intenté contar los muertos -el propio protagonista, en la recta final de la novela, hace una relación de asesinados- pero no he sido capaz: deben rondar los veinticinco, sin contar daños colaterales. En cualquier caso hay muchos, mueren casi todos (BASTIAN ya me había avisado ...).

El argumento resulta un poco forzado, no es redondo: o bien el principio es un mal arranque para la historia posterior (que es, en mi opinión, lo que pasa), o bien la decisión de limpiar POISONVILLE una vez aclarado el primer asesinato es artificial y no tiene mucho motivo: es una excusa para poder poner a toda velocidad la máquina de matar.

A pesar de lo dicho, que nadie piense que es tiempo perdido el que se dedica a leer COSECHA ROJA. Vale la pena, y mucho, aunque sólo fuera por los diálogos lapidarios del protagonista, que va soltando lindezas de esas que parece que sólo pueden salir de la boca del durísimo BOGART:

“Dinah me miró con sus grandes ojos azules interrogantes.
—Es el primer fruto de la conferencia de paz, cosechado por Thaler, alias el Susurro —le expliqué—. ¿Hay ginebra?
—Era Reno, ¿no?
—Sí. Supuso que me interesaría saber que Poisonville ya no tiene jefe de policía.
—¿Significa eso que...?
—Mataron a Noonan esta noche. ¿Se ha acabado la ginebra, o es que te gusta que te la pida?”

“Tómate un par de días de descanso sin que nadie se entere. Tal como tienes encarriladas las cosas seguirán rodando solas. Vámonos a Salt Lake. Te sentará bien.
No puedo, muñeca. Tengo que quedarme para contar los muertos.”

“Shepp era un hombre alto, con el pecho hundido y una sonrisa de buen padre de familia en la boca, lo que podía deberse simplemente a un defecto en la dentadura”.

Y así unas cuantas ...

martes, 25 de noviembre de 2008

CONJUNTO DE VIVIENDAS EN EL BARRIO DE LATINA, de RICARDO LEGORRETA







Cada vez que salía de MADRID por la N-5 (no es una carretera que utilice mucho) veía a toda velocidad –o mejor, a la velocidad que nos permite la DGT- los bloques de colores que LEGORRETA y AGUINAGA han construido para la EMV en el distrito de LATINA, y pensaba que valdría la pena acercarse con un poco de tiempo para verlos con detalle. Dicho y hecho: hace unos días fui por allí con calma. Siento tener que decir que me quedo con ellos desde la N-5: prefiero la imagen veloz que la pausada.

Indudablemente el conjunto tiene toque, calidad. Se nota que detrás hay una mano que sabe lo que hace, que busca una imagen y unos efectos concretos, y que en cierta medida los consigue: el aire a BARRAGÁN de los colores, las embocaduras añiles de algunos huecos, el remate superior de la esquina más alta con ese paño de pared que da la vuelta para convertirse en marquesina ... todos son buenos detalles.

Pero el conjunto me han parecido simple y efectista, con demasiada anécdota superflua: los grandes planos triangulares, las altas pantallas verticales, las falsas balaustradas superiores, las “Ts” de ventilación de terrazas o tendederos (parece que eso es lo que tienen detrás, aunque desde la calle apenas se ve), los paños que unen entre sí algunos de los bloques, los cambios de color en un mismo plano sin más justificación que la compositiva en alzado ... No me atreveré a llamarlos desaciertos, pero desde luego no se trata de aciertos que hagan del conjunto una pieza de primera, ni siquiera muy notable.

Como ya he dicho en selecciónARTE, es muy de agradecer el empeño de la EMV por buscar hitos de calidad entre la arquitectura de vivienda social. Pero no siempre se van a construir en MADRID las mejores obras de los arquitectos contratados, y alguna tenía que salir regular. Quizá este conjunto sea, al menos de los que he visto, el más discreto.
Aquí dejo una fotos para el que quiera juzgar.
VIVIENDAS SOCIALES EN EL BARRIO DE LATINA. LEGORRETA + AGUINAGA. Calle de Faustino Cordón Bonet, 18. 2824 MADRID.

viernes, 21 de noviembre de 2008

EL GRAN GATSBY, de FRANCIS SCOTT FITZGERALD


HEMINGWAY, en PARÍS ERA UNA FIESTA, cuenta sus conversaciones con SCOTT FITZGERALD sobre EL GRAN GATSBY. Me tentó la idea de leerlo –desde hace años lo tenía en la cabeza- y aunque mi lista de libros retrasados empieza a se larga, me volví a saltar el orden que había previsto –gracias a Dios no pasa nada, para eso está: para saltárselo- y me lancé con FITZGERALD.

En la novela, NICK CARRAWY –el personaje que sirve de narrador- cuenta su relación con JAY GATSBY, un tipo con enorme magnetismo, una fortuna más que considerable, un pasado misterioso que da pie a todo tipo de conjeturas, y un presente igual de misterioso con una profesión desconocida pero turbia en cualquier caso. Por motivos de trabajo NICK se establece en LONG ISLAND, en los alrededores de Nueva York, muy cerca de donde ya viven su prima DAISY y su marido, TOM BUCHANAN. JAY GATSBY es vecino de NICK. Completan el cuadro de personajes JORDAN BAKER, una amiga de DAISY que se dedica a jugar al golf de manera profesional, y el matrimonio WILSON: él mecánico y ella amante de TOM.

La historia (sin entrar en detalles y desvelando lo menos posible el desenlace) cuenta cómo renace el antiguo amor entre GATSBY y DAISY (hace años se habían conocido y querido, pero la guerra –la primera guerra mundial- les separó), cómo esa relación varía la forma de vida de GATSBY, y cómo en el momento en el que TOM se da cuenta de la situación una tragedia fortuita hace que GATSBY muera asesinado. La historia es amena y se lee con interés, se va construyendo poco a poco, y sólo al final uno entiende que GATSBY, dispuesto a triunfar desde la infancia, ha conseguido organizar su vida para recuperar a una mujer, pero el azar (con una pequeña ayuda de TOM, su contrincante en la pelea por el amor de DAISY) acaba torciendo todos sus esfuerzos.

Junto con esa consideración sobre la fuerza del destino y del azar incontrolable, es realmente valioso el análisis que se hace en la novela la situación de GATSBY, en la que el dinero y el encanto le proporcionan una vida ficticia, llena de rumores malsanos y de amigos aduladores, que cuando la tortilla da la vuelta y las cosas se ponen feas no respaldan al amigo, no quieren saber nada de él; y no sólo pasa con los gorrones que acudían a las fiestas en la mansión de GATSBY para beber y bailar, sino con los socios profesionales, los supuestamente íntimos e incluso con DAISY, que no sólo no se presenta al entierro sino que ni siquiera da señales de vida después del asesinato. Únicamente NICK se muestra realmente amigo de GATSBY, y su situación es la que sirve para reflejar el desencanto que producen las relaciones superficiales y falsas. EL GRAN GATSBY es entre otras cosas –muchas otras cosas, la verdad- una versión de los famosos “por interés te quiero Andrés” y “si te he visto no me acuerdo”. También hay mucho de las diferencias entre old money y new money.

En cuanto al estilo, EL GRAN GATSBY resulta elaborado, con riqueza en las descripciones que hacen densa la narración, pero sin volverla lenta o pesada. El ritmo no es rápido, y las secuencia narrativas son largas. La historia como tal es sencilla, localizada en el espacio y corta en el tiempo: SCOTT FITZGERALD se entretiene en describir a los personajes más que en plantear una trama abigarrada y confusa. El texto es colorista y detallista, lo que da gran viveza y verosimilitud a las situaciones y personajes, de forma que consigue meter al lector en el presente de GATSBY, a la vez que su mundo real queda velado e impreciso. En algún momento –puntualísimo- la elipsis que utiliza oscurece la trama en lo accesorio.

Una buena novela, que me alegra haber leído -¡por fin!- y por la que, desde luego, no me molesta nada haber retrasado otras.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

MONASTERIO DE YUSTE


Hace un par de semanas un conocido pasó un fin de semana en Extremadura, y ponderó muy elogiosamente la zona de YUSTE. Con esa experiencia, y suponiendo que el campo estaría precioso en otoño, nos fuimos a repetir el plan. La ruta pasaba por TALAVERA DE LA REINA, donde teníamos que hacer una “escala técnica”, y desde allí a la comarca de LA VERA para acabar en el MONASTERIO DE YUSTE.

Creo que no tuvimos suerte: el otoño está un poco pasado y los colores y las imágenes, aunque algo de belleza les queda, ya van en retirada. Los pueblecitos de LA VERA (Madrigal de la Vera, Villanueva de la Vera, Valverde de la Vera, Talaveruela de la Vera , Losar de la Vera, Jarandilla de la Vera, Aldeanueva de la Vera y Cuacos de Yuste) tienen cierto interés por pintorescos, pero poco más. El MONASTERIO DE YUSTE tiene interés histórico –ciertamente un altísimo interés- pero tampoco mucho más: es verdad que la iglesia tiene buenas trazas y una fábrica sólida, además de un tamaño mayor del que uno puede sospechar desde el exterior, y que la casa-palacio posee una magnífica orientación e –insisto- un montón de historia, pero desde el punto de vista artístico no tiene mayor qué.

Por señalar algo atractivo –o pintoresco, insisto- se puede citar el mirador que el emperador utilizaba, según la guía que nos enseñó aquello, para leer: es de los que dan ganas de copiarlos en casa propia, aunque también habría que copiar el estanque, el paisaje de LA VERA, y el gratísimo sol de noviembre a primera hora de la tarde ... Ya se ve que a la hora de buscar un retiro para el emperador, los consejeros de CARLOS I no se equivocaron al elegir YUSTE: un sitio tranquilo, lejos del mundo y tremendamente espiritual.
Supongo que durante un fin de semana la zona dará más de sí; pero para ir y volver desde Madrid en un solo día, el plan queda con mucho coche y poca enjundia.

lunes, 17 de noviembre de 2008

DEGAS, EL PROCESO DE LA CREACIÓN en la FUNDACIÓN MAPFRE


Nunca he sido gran admirador de DEGAS: la temática por la que es conocido (bailarinas y toilettes femeninas) me parece poco atractiva, y sus obras más reproducidas siempre me han resultado cursis, con poca fuerza ... Con estos antecedentes fui a ver la exposición que ha organizado la FUNDACIÓN MAPFRE.

La muestra DEGAS, EL PROCESO DE LA CREACIÓN tiene un gran punto a su favor: facilita la comprensión de todas las facetas del artista, lo que resulta muy interesante: se descubre su maestría con el lápiz, su maestría con el pastel, con el óleo y con el bronce. También permite reconocer sus referentes más inmediatos: la presencia de INGRES, por ejemplo, es evidente.

En cuanto a la obra expuesta, la realizada en bronce es realmente sugestiva, especialmente las bailarinas, en posiciones variadísimas muy bien cogidas, con una inestabilidad estable que atrapa la mirada (los caballos en movimiento, congelados, dicen menos). Los dos EL BARREÑO, uno en bronce y otro en pastel, llaman la atención (especialmente el pastel: espléndida composición, espléndida técnica y espléndido punto de vista. ¡Ojo! Sospecho que el de la foto no es el mismo que le de la exposición, o al menos allí los colores resultan más matizados), igual que la PEQUEÑA BAILARINA DE CATOCE AÑOS. Y el óleo CUATRO BAILARINAS EN ESCENA, con mucho más carácter que las imágenes que habitualmente se asocian a DEGAS.

En cualquier caso, a pesar de las virtudes que acabo de señalar, la exposición resulta floja, escasa. Y gran parte de esta sensación la provoca la propia sala: pequeña, oscura, deforme ... En un comentario a una entrada anterior de selecciónARTE, ALFARAZ (que, por cierto, tiene
un blog sensacional) la definió como claustrofóbica: yo también firmo ese calificativo.

Me ha venido a la cabeza la sede del MASP (MUESO DE ARTE DE SÃO PAULO, de donde provienen muchas de las piezas de esta exposición), de LINA BO BARDI. Únicamente conozco ese museo por publicaciones, y he repasado la que tengo a mano (un ejemplar del número 23-24 de la revista 2G): la propuesta de la italiano-brasileña es, desde luego, opinable, pero nadie puede negar que detrás de ese edificio –y de toda su obra- hay ideas, radicales y valientes. Precisamente lo que le falta a la nueva sede de MAPFRE.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

LA NIEBLA, de FRANK DARABONT


Alquilé LA NIEBLA con la casi seguridad que encontraría “otra película de bichos que dan sustos”, de regular calidad. No esperaba más que eso, y desde luego ni se me ocurrió pensar que aparecería en selecciónARTE: era otra película, como las mil que uno ve en el cine o alquila en el vídeo club, entretenidas, buenas a veces, incluso muy buenas, pero que no dan de sí como para sacarles punta.

La película cuenta como en un pueblecito de los Estados Unidos, después de una tremenda tormenta, una espesa niebla lo envuelve todo. Un montón de vecinos se encuentran en el supermercado, cuando un hombre entra corriendo y sangrando mientras grita que en la niebla hay algo que mata. Todos se encierran allí, y comienza la angustia. Este arranque de LA NIEBLA cumple absolutamente las expectativas. Bichos de espanto y sustos a golpe de subida de volumen de la banda sonora.

Pero a medida que LA NIEBLA avanza resulta que, además de los bichos y los sustos (que realmente no son para tanto), y la consabida ventana hacia no se sabe ya qué nueva dimensión que ha dejado entrar el mal en estado casi puro, se van planteando con cierta solvencia las reacciones del ser humano encerrado y en peligro: desde el incrédulo hasta la apocalíptica, pasando por el generoso, el egoísta, la sensata, la práctica ... Los personajes se van definiendo y de una película tontorrona se pasa a una película con cierto aquel.

Pero esto, teniendo cierto valor, no es lo que llama la atención de LA NIEBLA (que nadie piense que estamos ante un profundísimo análisis del comportamiento humano, porque no lo estamos: es una novela de STEPHEN KING ...). Lo que llama la atención es que, con esos ingredientes, uno cree que sigue viendo una película made in Hollywood, donde parece que todo funciona como debería, pero en realidad hay una sorpresa enorme esperando al final.

Continua la acción y se definen definitivamente dos bandos. Por un lado, el héroe, la chica que en seguida conecta con él, el hijo del héroe que enternece la situación y une poco a poco al héroe con la chica, la anciana encantadora, divertida y práctica que se une al héroe junto con otros personajes amables, listos y razonables: vamos, los buenos. Y en el otro bando, los malos: la loca (muy bien interpretada, por cierto) que ve en la niebla la mano de Dios ofendido por el hombre al que castiga por sus pecados, y acude a la religión como fórmula (la película parece decirnos que equivocada) para resolver la situación, y los personajes simplones que poco a poco van sumándose a su irracional visión de la situación.

Cuando el enfrentamiento entre ellos se hace inevitable, “los buenos” deciden escapar. Alguno muere en el camino, como corresponde a cualquier guión de este estilo, pero los cinco magníficos (héroe, chica, niño, anciana y hombre bueno) escapan del supermercado, se suben en el todoterreno del héroe y se adentran en la niebla, sin saber muy bien hacia donde van, pero suponiendo que hacia la libertad. El espectador avezado se dice: ¡ya está!, han escapado, y un golpe de guión va a resolver la película con el happy end correspondiente.

Pero de eso nada; nada de nada. Esto es lo que más llama la atención de la película: el final es desastroso, el peor de los finales posibles. Y es entonces cuando uno dice ¿qué he visto? ¿los responsables de la cinta de verdad se han atrevido a dejarnos a todos así de machacados? Pues sí, se han atrevido. Y que cada uno lo digiera como pueda.

Me vino a la cabeza LA CARRETERA, de McCARTHY (supongo que por lo apocalíptico, el padre, el hijo, e incluso el carrito de supermercado que aparece en la carátula del vídeo), y pensé que quizá LA NIEBLA tiene el final valiente que no tiene LA CARRETERA. Una lástima que no hayan sido un poco más sutiles con los bichos, sacándole partido al misterio que entraña niebla: muchas veces es más eficaz no enseñar que enseñar una simpleza.

Al releer lo que acabo de escribir creo que me ha quedado demasiado largo y puede dar a esta entrada mucha más importancia que la que tiene: no pretendía más que decir que LA NIEBLA no me ha parecido “otra película de bicho que dan sustos”, y que alguno que no la haya visto puede interesarle. La publico tal cual, y que cada quien valore (de los comentarios que hecho con amigos y conocidos, pocos coinciden conmigo: a la mayoría les parece que no se puede hacer una película que acabe así ...).

lunes, 10 de noviembre de 2008

REMBRANDT, PINTOR DE HISTORIAS, en el MUSEO DEL PRADO


Ya dije que hasta fin de año Madrid está lleno de posibilidades, y las últimas entradas de selecciónARTE lo van demostrando. Empeñado en no perder estas ocasiones, he ido a ver la exposición de REMBRANDT que organiza el MUSEO DEL PRADO: era una de las apuestas más seguras y, aunque desde luego no defrauda lo más mínimo, tampoco me ha entusiasmado tanto como esperaba. Quizá se queda un poco corta.

Consideraciones personales aparte, un genio es un genio, del que se aprende siempre, con el que se disfruta siempre. Yo he disfrutado viendo la exposición, y ha sido al salir cuándo me he me preguntado algo así como ¿esto es todo? ¿REMBRANDT no podría dar mucho más de sí?

Seguramente sí puede dar para mucho más; en cualquier caso, mientras veía las obras he considerado –o reconsiderado- muchas cosas:

He redescubierto lo maravillosa que es la luz de REMBRANDT, tantas veces situada en el plano medio de la composición, con un primer plano oscuro. También lo artificial que es muchas veces, buscando para crear un radical claroscuro. Lo intensa que resulta en ocasiones, resaltando sabiamente temas o rostros. En otras ocasiones la resuelve tenuemente, dejando figuras retasadas respecto al plano principal. LA NEGACIÓN DE SAN PEDRO, del RIJKSMUSEUM, llama especialmente la atención en esto de la luz: una tímida hoguera en el suelo, que da la luz general a la escena, y la vela que sostiene la portera en una mano mientras protege la llama con la otra, planteando un primer plano en contraluz (la mano) y un punto central de gran intensidad luminosa (la cara de san Pedro); además, en el plano del fondo, en una penumbra que apenas se descubre, Cristo mirando a Pedro. Trae a la cabeza de forma inmediata algunas obras de LA TOUR.

He redescubierto lo extraña y poco conseguida que resulta la anatomía en muchos de los cuadros.

He redescubierto lo claro que se ve la evolución de REMBRANDT a medida que avanza y madura su obra hacia la desmaterialización de la imagen (pérdida de detalle en rostros, fondos, ropajes y telas) frente a la materialización de la propia pintura, los empastes del lienzo. Desde las primeras obras –e incluso las “segundas”: nuestra ARTEMISA del PRADO, por ejemplo- hasta el AUTORETARTO COMO ZEUXIS que cierra el recorrido se ve maravillosamente este proceso.

He redescubierto la sensación de monocromía que siempre produce REMBRANDT, la uniformidad en los tonos que consigue una falsa apariencia de falta de color por la predominancia cromática de oros, tierras, marrones, rojizos ...

Y he descubierto la modernidad de la obra de REMBRANDT, sobre todo al final, a partir de mediados de los 50’s (1650’s, claro): en este sentido, EL APOSTOL SAN BARTOLOMÉ, del TIMKEM MUSEUN OF ART de San Diego, resulta increíble. Quizá es la obra que en esta ocasión más me ha llamado la atención.

Por muchas de estas cosas (luces artificiosas, oscuridades y penumbras, tonos apagados y poco luminosos) siempre he pensado que REMBRANDT transmite poco sosiego, habla con un punto que resulta inquietante, triste muchas veces, y también un poco misterioso. Sólo algunas obras de la exposición parecen no dar esa impresión: la DISPUTA ENTRE SAN PEDRO Y SAN PABLO (espléndido el perfil de San Pablo) y la pequeña cabeza de CRISTO. Por eso creo que hay tantos que no terminan de entenderle, a quienes REMBRANDT “no les gusta”.

La muestra del PRADO nos permite, en cualquier caso, volver a ver la obra de un enorme maestro del que misteriosamente –la menos para mi, que no he estudiado los motivos- tan poco tenemos en España (AREMISA en el PRADO y quizá un AUTORRETRATO en el THYSSEN).

jueves, 6 de noviembre de 2008

PARÍS ERA UNA FIESTA, de ERNEST HEMINGWAY


¡Menuda novela! He terminado PARÍS ERA UNA FIESTA, y he disfrutado mucho leyendo. Muchísimo. Quizá más por lo que sugiere que por lo que dice o por cómo lo dice. El texto es bueno (aunque no se si he leído la mejor traducción posible) pero reconozco que no soy un asiduo de HEMINGWAY, y por lo tanto no conozco bien su estilo: me ha parecido limpio, sin artificio, sencillo. Supongo que para alguien que no disfrute con PARÍS ni con el momento histórico que cuenta, la novela se quedará en un librito grato, donde cuesta encontrar la fiesta. Pero si uno valora todo lo que da a entender, la lectura es una auténtica delicia.

Por un lado, la ciudad de PARÍS presente todo el rato, maravillosa: los cafés, los bulevares, las plazas, los árboles. HEMINGWAY escribiendo sus cuentos con un lápiz, el sacapuntas siempre a mano, perfeccionando el estilo antes de lanzarse a la novela. La vida bohemia, pobre y feliz. Los hipódromos, las apuestas, los velódromos. Las estaciones que van cambiando la ciudad: la radiante primavera, el otoño, el frío ... Está claro que se trata de un lugar único. Yo ya he demostrado en los últimos meses mi admiración por PARÍS (basta con repasar las entradas que le he dedicado en selecciónARTE). Y a la vista de textos como este, me reafirmo en que hay abundantes motivos para enamorarse de la ciudad, motivos que muchos han descubierto a lo largo del tiempo. Me ha vuelto a la cabeza, por ejemplo, lo que cuenta STEFAN ZWEIG de PARÍS en EL MUNDO DE AYER, y he repasado ese capítulo: maravilloso el PARÍS de ZWEIG en 1905, maravilloso el de HEMINGWAY en 1925, maravilloso el que yo –pobre turista del siglo XXI- he podido disfrutar.

(Por cierto, una aclaración que no viene mucho al caso, pero que no me resisto a dejar de hacer: EL MUNDO DE AYER se trata de uno de los mejores libros que he leído, y no quedó reseñado en selecciónARTE por muy pocos días: lo terminé justo antes de arrancar con el blog).

Por otro lado, incluso más que la ciudad impresiona la gente. O mejor, esa gente en esa ciudad: la mezcla, la coincidencia, quienes están allí en ese momento ¡Qué sensación de vida en efervescencia! Pintores, escultores, novelistas y poetas, todos a la vez juntos en PARÍS. GERTRUDE STEIN, EZRA POUND, JAMES JOYCE, SCOTT FITZGERALD, PICASSO, y mil más. Un alarde. Un lujo. Una envidia enorme.

Este libro me ha tocado más de lo que sería razonable. Y es que HEMINGWAY tiene toda la razón cuando dice para terminar su texto: “París no se acaba nunca, y el recuerdo de cada persona que ha vivido allí es distinto del recuerdo de cualquier otra. Siempre hemos vuelto, estuviéramos donde estuviéramos, y sin importarnos lo trabajoso o lo fácil que fuera llegar allí. París siempre valía la pena, y uno recibía siempre algo a trueque de lo que allí dejaba. Yo he hablado de París según era en los primeros tiempos, cuando éramos muy pobres y muy felices.”

PARÍS no se acaba nunca ...

martes, 4 de noviembre de 2008

ENTRE DOS SIGLOS: ESPAÑA 1900, en la FUNDACIÓN MAPFRE


MAPFRE estrena nueva sede para exposiciones en Madrid: todo un señor edificio en el Paseo de Recoletos. Y lo hace con tres muestras: una de pintura española, otra sobre DEGAS, y la tercera de fotografía.

Estuve viendo la de pintura, ENTRE DOS SIGLOS: ESPAÑA 1900. Si en selecciónARTE decía ayer que el título de la exposición del BBVA no coincide con lo que se expone, aquí sí que encuentra uno lo que espera, lo que se anuncia: una buena exposición –como suelen ser las que organiza la Fundación MAPFRE- de pintura de finales del XIX y principios de XX. No es que sea el no va más, y quizá ya hemos visto lo mismo muchas veces –MAPFRE nos lo ha enseñado a lo largo de varios años, y por lo que dice ahora parece que propone una pausa en su insistencia en esta época del arte- pero nunca está de más volver a encontrar obras estupendas con un sabor tan español: yo he disfrutado con esta visita.

La sala dedicada a SOROLLA es una delicia. Preciosa, como siempre, la luz, aunque en esta ocasión me ha llamado poderosamente la atención el “agua oscura” de dos obras, MARÍA MIRANDO LOS PECES y CLOTILDE PASEANDO EN LOS JARDINES DE LA GRANJA. El FRISO VALENCIANO de HERMEN ANGLADA-CAMARASA es otro de los cuadros ante los que vale la pena detenerse un rato. Y CASAS, que no suele defraudar.

Pero la joya de la exposición es, sin duda, ERMITA DE SANT BLAI. L’A ALEIXAR, de JOAQUÍN MIR. Tiene un magnetismo particular esta obra: colores, luz, composición, forma y tamaño ... estuve mucho tiempo delante, mirándola embobado. La foto de arriba no es buena, pero da una pista, sobre todo si uno es capaz de cambia de escala hasta imaginársela de casi metro y medio por metro y medio. Pertenece a una colección particular, y me pregunto ¿quién tiene la suerte de disfrutar de ese tesoro colgado en la pared de su casa? ¿quién lo puede ver a diario, cómodamente sentado, rodeado de las cosas que le gustan, con los que forman su entorno y disfrutan con lo mismo que él? ¡Eso sí que es calidad de vida!

En cuanto a la propia sede, a pesar de lo aparente que es el inmueble, no me pareció muy allá: las salas resultan pequeñas, o mejor faltas de “aire”: espacios demasiado domésticos que no terminan de encajar en un uso que pretende ser representativo. Quizá la estructura del edificio fuerza demasiado la distribución (¿mucho muro de carga que no se ha querido tocar?), pero eso no es excusa: sabemos que con cabeza -y con recursos económicos, todo sea dicho- se puede hacer casi cualquier cosa. La sala donde están los cuadro de MIR es un lástima, por ejemplo. El acabado plástico del suelo es muy muy muy discretito. La iluminación, justa, con bastantes reflejos. Y creo que el único banco donde uno se puede sentar está mirando a la pared del ascensor ... En cualquier caso, hablamos de una planta primera: quizá la planta baja –donde se expone la obra de DEGAS- se considere la principal y esté más trabajada y mejor acondicionada. Espero comprobarlo en breve.

lunes, 3 de noviembre de 2008

OBRAS MAESTRAS DEL MUSEO DE MONTSERRAT en el PALACIO DEL MARQUÉS DE SALAMANCA (BBVA)




En el espacio expositivo que el BBVA tiene el Paseo de Recoletos de Madrid, se puede visitar hasta primeros de diciembre una selección de obras del MUSEO DE MONTSERRAT; subtitulan la muestra DE CARAVAGGIO A PICASSO.

En la introducción a la exposición se insiste en que el museo ha sido expoliado seriamente en dos ocasiones, primero por los soldados de Napoleón y después por la desafortunada desamortización de Mendizábal (no sé si en lo social esa medida era tan necesaria como se pretende, pero desde luego en lo artístico-cultural fue completamente catastrófica. De los franceses, mejor ni hablar). Hacen muy bien en insistir, porque lo que uno encuentra allí no es lo que se anuncia, un recorrido desde el XVII hasta el XX, sino una buena colección de obras de artistas catalanes de finales del XIX y principios del XX, y unas pocas piezas (pintura y escultura) anteriores. Con cosas que llaman la atención, por el lado bueno y por el lado malo.

Me llamó la atención la falta de calidad del CARAVAGGIO: aunque me interesa la pintura de MICHELANGELO MERISI, no soy un gran especialista; pero da la casualidad que el día anterior a la visita a esta exposición estuve en el THYSSEN viendo unas pocas obras, y una de ellas fue SANTA CATALINA de ALEJANDRÍA de CAVAGGIO. Sinceramente, nada que ver una obra con otra: de la técnica de SANTA CATALINA a la de SAN JERÓNIMO hay un recorrido bastante largo ... He rastreado ligeramente el asunto en la web, para ver si acertaba o no con este comentario, y muchos hablan maravillosamente bien del SAN JERÓNIMO, o por lo menos de la restauración: el que quiera juzgar, que vaya a verlo.

Me llamó la atención COMPOSICIÓN CON TRES FIGURAS, “ACADEMIA NEOCUBISTA” de SALVADOR DALÍ: no tengo en la cabeza otro cuadro tan suyo –es indudablemente suyo- y la vez tan picassiano, por lo cubista y por el volumen y rotundidad de las figuras, que tanto recuerdan a obras como LA FLAUTA DE PAN o DOS MUJERES CORRIENDO POR LA PLAYA.

Me llamó la atención de nuevo JOAQUÍN MIR: es, sin la menor duda, un artista de primera. Se expone una pequeña vista de PARÍS que es una maravilla.

Me llamó la atención el orden de la exposición, o mejor el desorden, tan poco afortunado.

En resumen, una exposición interesante, pero ni muchísimo menos brillante.