Es muy posible que, como me pasaba a mi hasta hace un par de semanas, el nombre de WYNDHAM LEWIS resulte desconocido para muchos de los que comenzáis a leer esta entrada. Yo no sabía –o no lo recordaba, porque después he comprobado que necesariamente alguna vez había leído sobre él- quien era hasta que lo descubrí en el blog de ALFARAZ, que siempre da muy buenas pistas.

Resulta que este caballero es, ni más ni menos, que el fundador del VORTICISMO. Eso ya si que nos suena más, o al menos a mi sí que me suena muchísimo más.
El VORTICISMO es esa vanguardia británica que funde cubismo y futurismo. No es fácil –o al menos no me resulta fácil- resumir en pocas líneas sus características. Para intentar dar alguna pista acudo a una de mis fuentes habituales, y copio unos párrafos del artículo sobre VORTICISMO firmado por PAUL OVERY en CONCEPTOS DE ARTE MODERNO, de la Editorial Alianza. “Muchas de las obras de estos primeros artistas abstractos ingleses, en particular las de Wadsworth y Lewis, parece como si se inspiraran en la entonces recién desarrollada técnica de la fotografía aérea. En esto fueron precursoras de las obras de Malevich, cuyas pinturas y dibujos suprematistas se considera ahora que datan de a partir de 1915. No se tiene la certeza de que Malevich conociera las obras de aquellos (aunque si Lissitzky pudo ver BLAST también pudo hacerlo Malevich, lo que, no obstante, podría haber ocurrido en fecha posterior). Los parecidos entre las obras vorticistas y suprematistas se deben probablemente al hecho de que ambas estuvieron influidas por el cubismo y el futurismo, por la fotografía y por los descubrimientos recientes en tecnología de la ingeniería y la arquitectura.
El futurismo es esencialmente una aceleración de imágenes sucesivas, vistas simultáneamente, a través de un plano muy poco profundo, como era asimismo el «cubo-futurismo» del Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp. Lo que el vorticismo hizo fue extender en profundidad esa aceleración, creando una perspectiva intensa, en torbellino: un vórtice. Pound escribió: «La imagen no es una idea. Es un nodo o racimo radiante; es lo que puedo, y debo forzosamente, denominar un VÓRTICE, desde el cual, y a través del cual, y dentro del cual se arremolinan constantemente las ideas. Honestamente sólo puedo denominarlo VÓRTICE. Y de esa necesidad surgió el nombre de “vorticismo”.»

Como casi todos los movimientos de vanguardia, los vorticistas dispusieron de una publicación, BLAST, que en castellano lo podemos traducir por carga explosiva. Con un diseño y una tipografía realmente audaces para su tiempo, precursor de lo que luego haría DE STILJ e incluso RODCHENKO, en ella escribieron -entre otros- T. S. ELIOT y EZRA POUND, que fue quien puso el nombre al movimiento.

El VORTICISMO tuvo una vida breve, desde 1915 (primera exposición vorticista) hasta 1918 (inicio de la Primera Guerra Mundial) y sólo se publicaron dos números de BLAST.
Viendo la exposición de la FUNDACIÓN MARCH resulta sencillo descubrir en la obra de LEWIS algunas influencias de vanguardias previas (ya hemos hablado de cubismo y futurismo, cuyos rasgos se encuentran facilísimamente) y también he creído ver algunos aspectos que después desarrollarán el surrealismo y la BAUHAUS; incluso he llegado a sospechar que algún lienzo pudo influir en la obra de BACON: desde luego, se asemejan ... Sugiero prestar atención a los títulos de las obras: muchos tienen su aquel. Y por supuesto a los retratos, sensacionales.


WYNDHAM LEWIS (1882-1957) es una interesantísima exposición, por sí misma y por lo que supone de dar a conocer a un autor importante dentro de las vanguardias y a la vez desconocido –creo- para el gran público. Y, aunque pueda parecer contradictorio, no es una exposición sencilla para ese mismo gran público, precisamente por lo poco conocido del movimiento y de la propia figura de LEWIS. Pienso que esto es una tendencia en las exposiciones de la MARCH: presenta figuras poco habituales o temas específicos de figuras consagradas, que son ligeramente de especialista, o al menos de entendido, o al menos de muy interesado. No son temas que le suenen a cualquiera, o que atraigan especialmente de primeras, o que se vean y se entiendan con enorme facilidad. Pero el resultado es magnífico y las exposiciones acaban siendo realmente atractivas. Como también está pasando últimamente en la MARCH, la muestra está muy bien montada, muy “vorticista” me atrevería a decir: las diagonales constantes, los colores, los espejos ... Por último, señalar que el sitio web está muy bien trabajado y es muy completo: no es la primera vez que lo digo refiriéndome a la MARCH, y aseguro que vale la pena asomarse (de ahí he tomado prestadas la mayoría de las imágenes que acompañan esta entrada).
Y sobre todo vale la pena acercarse a la FUNDACIÓN JUAN MARCH antes del 16 de mayo.