jueves, 2 de abril de 2009

LA SOMBRA, en el MUSEO THYSSEN + FUNDACIÓN CAJAMADRID




Las exposiciones temáticas tienen, en mi opinión, una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que si el tema es bueno y da de si, la exposición puede ser interesantísima, porque desarrolla un discurso completo con múltiples ejemplos y no únicamente nos muestra la evolución de un artista. El inconveniente es que no de todos los temas, por interesantes que sean, hay obras de calidad como para llenar una sala de exposiciones (ya ni te cuento si son dos). Siempre cabe, of course, la posibilidad de situaciones intermedias, los famosos grises: un poco de aquí y un poco de allá, que la exposición tenga parte de la ventaja y parte del inconveniente. En mi opinión esto lo que le pasa a LA SOMBRA: el tema es bueno, tiene interés, pero los cuadros –sin ser malos- no son lo mejor, y el resultado es una exposición discreta, en la que uno no sabe con qué quedarse.

LA SOMBRA arranca de un planteamiento claramente ganador, que a la vez puede ser peligroso, por obvio. Me explico: cualquiera que haya pintado alguna vez, cualquiera que sepa un mínimo de pintura y disfrute con ella, sabe que uno de los ingredientes necesarios para conseguir un gran cuadro es la luz y, de manera muy especial, la sombra. Pero a la vez es tan obvio que la luz/la sombra es un elemento necesario en la pintura (como el color, por ejemplo) que cabe el peligro de caer en la simpleza.

Parece sencillo, y desde luego interesante, estudiar cómo se ha tratado la luz y –en este caso- la no luz en la historia de la pintura. LA SOMBRA lo consigue, o más bien lo consigue el espectador/visitante si hace el esfuerzo de ir viendo los cuadros en esa clave, si no se queda en cada obra y recorre el conjunto buscando las sombras y las luces, sus efectos, su valor, su misión en la composición ... Así va descubriendo cómo el artista –o quizá debería decir el periodo artístico, aunque propiamente los periodos no pintan sino que lo hacen personas concretas- empieza pintando en plano; en seguida comienza a construir el volumen (espacio y perspectiva) con luces y sombras; después maneja el claro-oscuro en busca de una plasticidad y una teatralidad importante, de unos efectos exagerados que impresionen al espectador; luego pasa por una época de sombra naturalista; y finalmente da a la sombra protagonismo, sentido propio y autónomo. Si uno es capaz de ver esto –no hay que ser especialista- hasta aquí la exposición más o menos funciona.

¿Qué pero se le puede poner, entonces, a LA SOMBRA? En mi opinión, dos peros. Uno, la falta de explicación. Lo he insinuado en el párrafo anterior, ya lo he dicho en otras ocasiones en selecciónARTE, y lo repito ahora: una exposición –y más una exposición temática en la que se pretende estudiar el desarrollo de un concepto a lo largo de la historia- debe ser fácilmente comprensible por cualquiera con un mínimo de base, y pienso que en LA SOMBRA eso no sucede. Algunas orientaciones/explicaciones claras, bien ejemplificadas con los cuadros, habrían enriquecido mucho LA SOMBRA. Otro pero, el ya señalado al principio: aunque hay cuadros buenos, en general no son estupendos y no siempre reflejan con claridad lo que tratan de decir.

En conjunto prefiero la parte de la FUNDACIÓN CAJAMADRID que la del THYSSEN (me parece que consigue mejor lo que pretende), aunque lo que más me ha interesado está en el THYSSEN: ese momento en el que la sombra deja de sen negra o parda para volverse morada y malva: nuestro impresionismo, que tanto me gusta. En este sentido, magnífico VISTA DEL JARDÍN DE LA ISLA DE ARANJUEZ, de SANTIAGO RUSIÑOL. Y en otro orden de cosas, de nuevo espectacular CORRAL DE LOCOS, que ya señalé hace meses en selecciónARTE al comentar la exposición del Prado GOYA EN TIEMPOS DE GUERRA: un tesoro.

6 comentarios:

Alfaraz dijo...

Tengo pendiente ambas, así que me lo has recordados.
Me ha pasado muchas veces en estos dobletes: que al final gusta más la de la plaza de las Descalzas que el del Thyssen.

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loquemeahorro dijo...

Hasta ahora solo he visto la de Caja Madrid. Es curioso, porque a mí también me suele gustar más esa que la del Thyssen.

Me encantó el cuadro de Susan Rothenberg

Por cierto ¿habéis visto que han repetido un cuadro de otra exposición?

xGaztelu dijo...

LOQUEMEAHORRO, yo también comenté lo del cuadro repetido con quien me acompañaba (que, por cierto, me miró con cara de pues-no-me-acuerdo-de-nada ...).

xG

Ana María Espinosa dijo...

Excelente el cuadro de Rusiñol.

loquemeahorro dijo...

Hasta creo que tenían puesto el cuadro en el mismo sitio de la sala!

xGaztelu dijo...

Como dices, ANA MARÍA, es un cuadro magnífico. Seguro que también te gustarán algunos de ANGLADA CAMARASA: tiene cosas estupendas de ese mismo estilo.

LOQUEMEAHORRO, tengo ‘sactamente la misma impresión que tú. Además, por el tamaño no es un cuadro que pase desapercibido.

xG