Hace dos años pasé casi un mes en Valencia. Además de hacer lo que había ido a hacer, pude dedicar tiempo a ver la ciudad. Por alguna estancia anterior la recordaba como un sitio poco interesante, pero estaba completamente equivocado.
La operación del CAUCE DEL TURIA me pareció brillante; la CIUDAD DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS de SANTIAGO CALATRAVA, con todo lo que tiene de formalista, también; el puerto de la COPA AMÉRICA, y de manera especial el edificio VELAS Y VIENTOS de DAVID CHIPPERFIELD, magnífico; la playa de LA MALVARROSA, una delicia; el CENTRO DE CONGRESOS de NORMAN FOSTER tiene su aquel; el MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALENCIA me sorprendió gratísimamente (hice varias visitas); y en el IVAM –que es donde quería yo llegar- disfruté descubriendo la obra de JULIO GONZÁLEZ: el INSTITUT VALENCIÀ D’ART MODERN tiene una importantísima colección de obras del escultor, que –si no recuerdo mal- forman el grueso de la exposición permanente del museo. Conocía poco al artista, y descubrí un primer espada. Por eso, cuando el MNCARS anunció que le dedicaba una exposición me ilusionó volver a ver la obra de JULIO GONZÁLEZ.
Estuve hace unos días. El REINA presenta un recorrido por toda su obra escultórica, desde las primeras obras –flores y joyas con claro aspecto modernista- hasta las piezas de su última época en el entorno de la guerra civil (JULIO GONZÁLEZ muere en 1942), y las acompaña con oleos y dibujos preparativos de las esculturas.
La propia obra, las esculturas en si, son todas magníficas. La comprensión de la evolución del artista es interesantísima. Pero quizá lo que más me ha llamado la atención en esta ocasión son dos cosas “menores”. Por un lado, el paso del papel al metal: como prepara con dibujos la escultura, y esos dibujos adquieren volumen, corporeidad. Por otro, las cabezas de piedra: elementales, facetadas, casi primitivas: estupendas. Vale la pena acercarse al REINA. Hasta el 1 de junio.
Estuve hace unos días. El REINA presenta un recorrido por toda su obra escultórica, desde las primeras obras –flores y joyas con claro aspecto modernista- hasta las piezas de su última época en el entorno de la guerra civil (JULIO GONZÁLEZ muere en 1942), y las acompaña con oleos y dibujos preparativos de las esculturas.
La propia obra, las esculturas en si, son todas magníficas. La comprensión de la evolución del artista es interesantísima. Pero quizá lo que más me ha llamado la atención en esta ocasión son dos cosas “menores”. Por un lado, el paso del papel al metal: como prepara con dibujos la escultura, y esos dibujos adquieren volumen, corporeidad. Por otro, las cabezas de piedra: elementales, facetadas, casi primitivas: estupendas. Vale la pena acercarse al REINA. Hasta el 1 de junio.
4 comentarios:
De Julio González solo conozco la Mujer Gritando (se llama así?) de la que hicieron un estudio en una exposición de la Fund. Caja Madrid.
(de las pocas veces que tenía audio-guía)
Fue aquella exposición en la que "compartieron" cuadro con la última.
Esta vez, LOQUEMEAHORRO, me pillas: supongo a qué escultura te refieres, pero no la recuerdo en la exposición de CAJAMADRID (aunque seguro que estaba ...).
xG
Si me acordara del nombre de la escultura y/o de la exposición, también ayudaría, verdad?
:-)
Desde luego, LOQUEMEAHORRO, sería una pista ... ¿La expo no era "1914"?
xG
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