Me acerqué a ver la exposición que ha organizado el INSTITUTO CERVANTES sobre CINE ESPAÑOL: de primeras, el tema es verdaderamente atractivo. Pero, como siempre, el interés de la muestra no sólo depende del tema sino de cómo se haya organizado.
La exposición se plantea en tres bloques, asociados a distintas épocas de la historia de nuestro cine, que se exponen en tres espacios distintos. En cada una de esas secciones, hay fotogramas impresos como si fueran fotografías, algunas citas, y una colección de secuencias que pretenden resumir el cine de cada época. Además, un gran panel con los carteles de películas, y algunas figuras más grandes, siluetas planas de actores a tamaño natural o casi, repartidas al azar como los postes de Telefónica por la geografía española …
El resultado es discreto: los fotogramas están impresos en formato relativamente pequeño, y aunque hay una buena cantidad tampoco son abundantísimos; las secuencias de la primera y tercera sección se ven en pantalla pequeña y sin sitio donde sentarse; las de segunda sección están proyectadas en pantalla grande y con sillas, pero no se oye apenas; el lugar, interesante desde el punto de vista arquitectónico pero flojísimo como espacio expositivo; y así todo.
En cuanto al tema, el CINE ESPAÑOL tal y como lo muestra la exposición parece que tuvo su edad de oro y a venido claramente a menos. Yo creo que algo de eso hay, pero también pienso que el comisario de la muestra del INSTITUTO CERVANTES no hace del todo justicia a nuestro cine de hoy.
La exposición se plantea en tres bloques, asociados a distintas épocas de la historia de nuestro cine, que se exponen en tres espacios distintos. En cada una de esas secciones, hay fotogramas impresos como si fueran fotografías, algunas citas, y una colección de secuencias que pretenden resumir el cine de cada época. Además, un gran panel con los carteles de películas, y algunas figuras más grandes, siluetas planas de actores a tamaño natural o casi, repartidas al azar como los postes de Telefónica por la geografía española …
El resultado es discreto: los fotogramas están impresos en formato relativamente pequeño, y aunque hay una buena cantidad tampoco son abundantísimos; las secuencias de la primera y tercera sección se ven en pantalla pequeña y sin sitio donde sentarse; las de segunda sección están proyectadas en pantalla grande y con sillas, pero no se oye apenas; el lugar, interesante desde el punto de vista arquitectónico pero flojísimo como espacio expositivo; y así todo.
En cuanto al tema, el CINE ESPAÑOL tal y como lo muestra la exposición parece que tuvo su edad de oro y a venido claramente a menos. Yo creo que algo de eso hay, pero también pienso que el comisario de la muestra del INSTITUTO CERVANTES no hace del todo justicia a nuestro cine de hoy.
El programa señala que la exposición recorrerá España cuando termine en Madrid: una buena ocasión para los que les divierte el asunto, aunque ya aviso que no deben esperar mucho.
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