viernes, 3 de septiembre de 2010

ROMA


Se me hace verdaderamente difícil hablar de Roma. Me cuesta arrancar y pienso –estoy convencido- que cualquier cosa que diga se va a quedar muy corta. Porque Roma es inabarcable. Es inagotable. Es espectacular. No creo que Roma sea la ciudad más ciudad que conozco –debe ser Londres, seguramente; ni la más monumental –quizá sea París; tampoco la más cosmopolita (¿NYC?), ni la más exótica, ni la más tranquila, ni por supuesto la más limpia y cuidada. Pero es, casi seguro, la más atractiva, la más pintoresca, la que tiene más encanto. Y probablemente la que tiene más arte por metro cuadrado del mundo. En un puñado de días no es posible conocer Roma, y por eso cualquier cosa que diga será incompleta, incluso injusta quizá.

Ya había estado en Roma, pero surgió una nueva ocasión de pasar allí parte del mes de agosto y no era razonable decir que no. Por supuesto, un acierto. Durante esos días he visto mucho, muchísimo. He comprobado –con asombro- que en visitas anteriores ya había visto bastante. Y estoy seguro de que me queda al menos otro tanto, otro muchísimo por ver. En esta ocasión apenas he dedicado tiempo a la Roma clásica: una pena, pero había que elegir los objetivos teniendo en cuenta el tiempo disponible. He visto iglesias, muchas iglesias, quizá demasiadas iglesias. Y también he visto museos, cosa que no recordaba haber hecho antes. Lógicamente, de las metas que llevaba en mi cuaderno de viaje también se han quedado cosas en el tintero (de manera especial la VILLA ADRIANA, que tanta ilusión me hacía).

A la vuelta me han preguntado qué me ha gustado más de lo que he visto. No he sabido responder: me ha parecido una pregunta-trampa, del tipo ¿a quién quieres más, a papá o a mamá? Porque hay tanto que me ha gustado, que me ha tocado, que me resulta imposible elegir. No puedo –pienso que ni yo ni nadie- quedarme sólo con una cosa de Roma. Hay tanto y tan variado, que para decir algo con acierto es imprescindible focalizar bien la pregunta, orientarla, poner cada cosa en su sitio: como nos enseñaban de pequeños, no se mezclan peras con manzanas ni churras con merinas. Cualquiera entiende que para comparar, para seleccionar, no se puede confundir alegremente (¿simplonamente?) la pintura renacentista con la arquitectura clásica, la escultura barroca con el urbanismo. No tiene sentido preguntar qué es mejor, INOCENCIO X o el TORSO DEL BELVEDERE; el fresco de la LOGGIA de CUPIDO Y PSYCHE o EL ÉXTASIS DE SANTA TERESA; la escalinata de PIAZZA DI SPAGNA o los mosaicos de SAN CLEMENTE. Todas son obras maestras, auténticas joyas, y me quedo con todas. Además, habría que hablar también de todo eso que no es formalmente (aunque sí propiamente) obra de arte, lo que no sale en las guías: el callejeo por Roma, una experiencia incomparable: fuentes, arcos y pasajes elevados, cariátides y atlantes en los portales, frontones partidos de manera imposible, esquinas decoradas con imágenes de la Virgen y farolillos, escudos, lápidas conmemorativas, restos romanos ... mil detalles; o los colores de las fachadas, aparentemente casuales y a la vez logradísimos; o el tramonto romano, esas puestas de sol de altísima intensidad plástica.


Por otro lado siempre esta la parte subjetiva y casual de cualquier viaje, que puede deformar la realidad: un día en el que uno está más cansado valora menos y peor lo que ve; un día nublado –no los ha habido, gracias a Dios- no hace relucir la belleza de algunos interiores; una calle fresca y en sombra, con brisa ligera, colabora a que valoremos una fachada; una calle donde el sol cae a plomo a primera hora de la tarde hace que nos marchemos cuanto antes, sin calibrar un solo detalle; una compañía divertida hace divertido cualquier paseo; un guía sabio consigue hacer apasionante la visita a una capillita de la que no esperabas nada; una multitud aborregada, gritona y convulsivamente fotografiadora desluce hasta la propia CAPILLA SIXTINA ... También, a la hora de valorar lo subjetivo de un viaje, está lo que uno ha vivido, que casi siempre es más importante que lo que ha visto. Y eso es algo que no se puede explicar fácilmente, y que en un blog seguramente no se debe.





En fin, ya disculparéis todo este pedaleo. Por enumerar algunas cosas que me han llamado especialmente la atención –unas veces por un motivo, otras por otro- señalaría (sin más orden del que me va viniendo a la cabeza) el TEMPIETTO de SAN PIETRO IN MONTORIO, auténtico icono de la arquitectura renacentista romana; el gigantesco fresco de la nave de la CHIESA DE SANT’IGNAZIO, de ANDREA POZZO, en mi opinión mucho más impresionante y efectista que la falsa cúpula que tiene a su lado; la placita de SANTA MARÍA DELLA PACE, tan equilibrada; el RETRATO DE INOCENCIO X, de VELÁZQUEZ, troppo vero; EL RAPTO DE PROSERPINA, de BERNINI, con esas dos figuras casi vivas; CARAVAGGIO, que este año está de aniversario; el magnífico espacio y la singular composición de la CHIESA DE SANTA MARIA DEGLI ANGELI E DEI MARTIRI, encajada por MIGUEL ÁNGEL en las TERMAS DE DIOCLECIANO; el CAMPIDOGLIO, salón urbano exquisito; el RETRATO DE HOMBRE, de mi admirado ANTONELLO DA MESSINA, una agradabilísima sorpresa; el ya citado fresco de la bóveda de la LOGGIA DE CUPIDO Y PSYCHE, en la VILLA FARNESINA; la CHIESA DE SANT’ANDREA AL QUIRINALE, un espacio mágico; y, como no, la BASÍLICA DEL VATICANO, un conjunto sobrecogedor, gigantesco, verdaderamente digno de Dios. Además, me acerqué a algunos edificios contemporáneos de interés (el MAXXI de ZAHA HADID y la CHIESA DI DIO PADRE MISERICORDIOSO, de RICHARD MEIER), y tuve ocasión de visitar ORVIETO con los despampanantes frescos de LUCA SIGNORELLI en la CAPILLA DE SAN BRIZIO. Si la memoria me acompaña trataré de comentar/recordar poco a poco en selecciónARTE algunas cosas vistas: no muchas, probablemente. Las señaladas, u otras. Ya iremos viendo.

Para acabar, pedir perdón a los italianos por el maltrato que seguramente habré hecho de su idioma (he escrito los nombres sin consultar) y la mezcolanza entre italiano y castellano, ese itagnolo que sale tan fácil y resulta tan peligroso.

16 comentarios:

julio querol cañas dijo...

Te dire que nunca he visitado Roma, pero despues de ver esta entrada estoy deseando visitarla.
Espero poder hacerlo en compañia de alguien que deje las prisas en casa,y encontrarme con un guía sabio como tu dices.

Las fotos son muy buenas.

Saludos y saludos

Carol dijo...

Q envidia! El verano pasado estuve 15 días en Roma y me enamoré para siempre de ésta ciudad a la que espero volver. Porque como bien dices, y a pesar de que vi mucho, muchísimo, me han quedado muchas cosas pendientes para otro viaje :)

Alfaraz dijo...

Para el próximo viaje, me atrevo a recomendar algún ejemplo de arquitectura racionalista de los años 30. El Foro Itálico, para empezar, por ejemplo.
Además así descansa uno la vista de tanta magnífica piedra vieja.



.

xGaztelu dijo...

JULIO, desde luego lo de no ir con prisa es clave, pero casi siempre imposible: hay tanto que ver que a todos nos entra el síndrome del turista: "cuanto más, mejor, aunque sólo sea un vistazo".

CAROL, es bueno eso de dejar cosas para la próxima: así no queda más remedio que volver.

ALFARAZ, me quedé con ganas de ver el FORO ITÁLICO: lo tenía en mi lista, y a pesar de estar ya a las afueras pasé algunas veces por delante; me pareció que podía tener interés (a pesar del obelisco, tan chaparro …). La “magnífica piedra vieja” puede llegar a empachar.

xG

loquemeahorro dijo...

¿Te puedes creer que no me puedo leer tu entrada porque me da penica?

Resulta que pensé que iba a ir a medio plazo y al final, nada, me quedé sin viaje y me da mucha pena la cosa.

Te juro que cualquier otro sitio me dolería menos, pero Roma ¡ay!

lammermoor dijo...

Se me acaba de suicidar el diccionario.):
REsumiré: me impresionó todo pero especialmente Bernini, los mosaicos romanos y el Vaticano. Eso sí, en la Capilla Sixtina estuve a punto de desmayarme _me encontraba fatal- y mientras intentaba no hacerlo pensaba que sería la primera vez que me desmayaría de pie.

Teresa dijo...

Cómo se nota que has venido emocionado de esa ciudad, no me extraña nada, yo creo que Italia es un país apasionante y no se puede abarcar en un viaje, por eso el síndrome del turista.
A mi me falta mucho por ver, pero ¡ay! esos paseos por Roma, esas cenas en el Trastevere, esos descansos en la escalinata de la plaza de España o en la plaza del Panteón, en fin que estoy llena de nostalgia.
Seguiré esperando tus relatos.
Un abrazo
Teresa

*entangled* dijo...

xG: Todos los comentarios a tu post apuntan, como dice Teresa, al «síndrome del turista»: Los lugares como Roma nos producen ese desasosiego de no poder ver todo lo que creemos que *deberíamos* ver. Al final no hay otro remedio que volverse selectivo, ver las cosas con calma, y confiar en que habrá más viajes en el futuro.

Las entradas precedentes sobre la película «Vacaciones en Roma», me han traído a la memoria a Audrey Hepburn. He visitado con StreetView su casa de Suiza, una casa de campo del siglo XVIII restaurada, y he recordado que, paradójicamente, se trasladó a Suiza huyendo de Roma, ciudad que consideraba insegura para su familia.

xGaztelu dijo...

LOQUE, dos cosas: UNA. Pues no la leas, y quédate tan ancha: que se quede en la recamara hasta que surja una nueva posibilidad. DOS. No desesperes: a Roma no es difícil ir.

LAMMERMOOR, lo de la CAPILLA SIXTINA no me extraña nada, porque aquello es demencial: entre la multitud de ¿personas? que no se saben qué miran pero sacan miles y miles de fotos, y unos guardias de seguridad que no paran de berrear No photo! No photo! a pleno pulmón, lo mínimo es caerse redondo. Fue una enorme desilusión. Bernini, en cambio, un redescubrimiento: supongo que diré alguna cosa.

TERESA, pasear: como dices, esa es una de las cosas que hay que hacer por Roma. Con rumbo fijo muchas veces, pero otras no: descubrir calles, sin más, tiene todo el encanto.

ENTANGLED, es verdad lo del síndrome del turista (creo que no es nada fácil quitárselo de encima) y mucho más cierto la necesidad de seleccionar. Ir punteando monumentos como quien puntea un albarán es de lo más penoso, pero … Me parece básico preparar un poco el viaje y saber lo que uno quiere ver.

xG

xGaztelu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
loquemeahorro dijo...

Sí, sobre todo porque coges cualquier camino y ya se sabe..

pd. Yo ya tengo síndrome turista con NY y todavía no he llegado, es increíble.

xGaztelu dijo...

LOQUE, no has llegado a NYC pero estás a punto … Dedícale un rato en Madrid, para acertar: seguro que no te arrepientes.

xG

Maribel dijo...

Que acertada descripción de una ciudad que no es la más...., como me gusta la emoción que pones al hablar de la ciudad eterna.
Ya sabes que los guisantes coincidimos en lo de preparar, (Loque, preparaté, jeje),aún recuerdo las negociaciones, arduas, tanto queriamos ver y sentir.
Claro que es una pregunta trampa, ¿cómo elegir? y ¿para qué elegir?, siempre queremos que nos quede algo para la próxima vez...
¿has leído "Venus Bonaparte" de Moix?, es un homenaje a la ciudad...
Un abrazo ;-)

xGaztelu dijo...

MARIBEL, sí que he disfrutado, la verdad. Respecto a qué elegir, más que una pregunta trampa es el famoso “dilema cornuto”, porque cuesta mucho elegir y muchísimo más dejar de ver; pero no queda más remedio: o te vas a vivir allí tres años, o dejas muchas cosas para la próxima. Y sobre Moix, te diré tengo cierta prevención sobre las obras de ese caballero: quizá sin motivo, porque no he leído nada suyo, pero … ¿De verdad me lo recomiendas?

xG

Maribel dijo...

Hola XGaztelu, te aclaro, sólo he leído de él novelas "históricas", sobre Egipto, con resultado desigual, sobre todo sí todas las mujeres son arpías, jejeje
Pero este fué un caso aparte, ya que me lo tomé como un repaso-guía de la ciudad, juzga si me gustó en la serie que le dediqué : Roma, ciudad eterna I,II,III

Un saludo;-)

xGaztelu dijo...

MARIBEL, yo sólo recuerdo de TM algunos artículos sobre cine: sabía un montón, el tío. Pero viendo tus entradas sobre Roma parece que también era un apasionado de la historia y un experto en la Urbe: un auténtico “repaso general” ...

xG