Sé que no es ninguna originalidad hablar del “edificio verde” del ENSANCHE DE VALLECAS, una pieza que por su singularísima imagen y su singular solución constructiva se ha publicado tanto en revistas especializadas como en separatas inmobiliarias de periódicos generalistas.
Yo llevaba tiempo con ganas de acercarme por allí, porque con las fotos que había visto no terminaba de tener un criterio claro sobre “la criatura”. Así que una mañana de fin de semana en la que el invierno madrileño nos dio un respiro y tuvimos algún rayo de sol entre nubes grises, me acerqué a verlo, a recorrerlo y a fotografiarlo.
Cerca de la M-45 y a la vez en una de las vías principales del ENSANCHE DE VALLECAS, el estudio SOMOS ARQUITECTOS (LUIS BURRIEL BIELZA, PABLO FERNÁNDEZ LEWICKI y JOSÉ ANTONIO TALLÓN IGLESIAS) ha construido 123 VIVIENDAS para la EMVS de Madrid. El edificio ocupa una parcela muy alargada y relativamente estrecha, con dos de sus cuatro esquinas achaflanadas.
La estructura general de la planta se resuelve distribuyendo las viviendas –y algún local comercial situado en cota de calle- en anillo de anchura constante alrededor de un patio también muy alargado donde se desarrollan las circulaciones de acceso a las viviendas: en cada uno de sus extremos hay unas escaleras metálicas voladas y dos ascensores. Para llegar a las viviendas de las zonas centrales, pasarelas y plataformas también metálicas. Tanto las escaleras como las plataformas y pasarelas son exteriores: el patio, evidentemente, no se cubre; pero quizá por lo estrecho del pozo y la cantidad de estructura metálica que nos rodea, uno no tiene sensación de estar a la intemperie o en una zona inhóspita, aunque sí “al aire”, y eso es un acierto.
Yo llevaba tiempo con ganas de acercarme por allí, porque con las fotos que había visto no terminaba de tener un criterio claro sobre “la criatura”. Así que una mañana de fin de semana en la que el invierno madrileño nos dio un respiro y tuvimos algún rayo de sol entre nubes grises, me acerqué a verlo, a recorrerlo y a fotografiarlo.
Cerca de la M-45 y a la vez en una de las vías principales del ENSANCHE DE VALLECAS, el estudio SOMOS ARQUITECTOS (LUIS BURRIEL BIELZA, PABLO FERNÁNDEZ LEWICKI y JOSÉ ANTONIO TALLÓN IGLESIAS) ha construido 123 VIVIENDAS para la EMVS de Madrid. El edificio ocupa una parcela muy alargada y relativamente estrecha, con dos de sus cuatro esquinas achaflanadas.
La estructura general de la planta se resuelve distribuyendo las viviendas –y algún local comercial situado en cota de calle- en anillo de anchura constante alrededor de un patio también muy alargado donde se desarrollan las circulaciones de acceso a las viviendas: en cada uno de sus extremos hay unas escaleras metálicas voladas y dos ascensores. Para llegar a las viviendas de las zonas centrales, pasarelas y plataformas también metálicas. Tanto las escaleras como las plataformas y pasarelas son exteriores: el patio, evidentemente, no se cubre; pero quizá por lo estrecho del pozo y la cantidad de estructura metálica que nos rodea, uno no tiene sensación de estar a la intemperie o en una zona inhóspita, aunque sí “al aire”, y eso es un acierto.
En alzado, sobre un zócalo que sirve de base al edificio se levantan 8 alturas verdes que le dan una imagen completamente singular. La fachada está resuelta a base de tiras de policarbonato en tres tonos de verde, de más o menos 50 centímetros de anchura y altura variable, algunas muy largas. Se montan machihembradas sobre una estructura de aluminio blanco que no se ve y que previamente se ha fijado a la fachada de fábrica. En esos paños/pantalla verdes y gigantescos y brillantes (es interesante cómo cambian los tonos del color en función de la luz y el soleamiento), se abren con más o menos desorden huecos de distintos tamaños (he contado hasta seis distintos, pero no sé si acierto) que a su vez se cierran con contraventanas plegables acabadas con cerco de aluminio y fondo del mismo material verde. El remate superior lo componen áticos acabados en lo que parece revoco blanco.
Al interior, en el patio, las zonas comunes son fundamentalmente blancas (muros y paredes, puertas de acceso a las viviendas), de un gris metálico (toda la estructura de los elementos de paso) o propiamente gris (el adoquinado del suelo de planta baja/acceso). En algunos puntos esa posible monotonía (realmente no es tal) se rompe introduciendo puntos de intenso color verde: los frentes de lo ascensores, algunos machones entre ventanas de lo que deben ser cocinas y baños, y de manera muy especial en el acceso desde la calle: tras superar el cerramiento de pletina metálica bien diseñado, la entrada está resuelta con un elemento singular de gresite verde que forma gradas donde se han colocado –exentos- los bloques de buzones; el techo también se ha pintado de verde intenso, creando un interesante casitúnel verde de acceso, en el que además se han colocado como luminarias claraboyas blancas invertidas de varios tamaños, que resultan bastante afortunadas (permitid que me invente la palabra casitúnel porque realmente no es todo verde: las paredes laterales y el solado de la propia zona de acceso son grises). Ahora mismo esta zona está tremendamente sucia, y a las circulaciones de cada planta les pasa un poco lo mismo. Difícil asunto el de la limpieza y mantenimiento de zonas tan expuestas: veremos cómo se conserva todo esto con el paso del tiempo...
Aunque tuve muy a mano la posibilidad de acceder a una vivienda (uno de los vecinos me trató con gran comprensión, y me hubiera enseñado su casa –aún vacía- a poco que le hubiera insistido) no quise ser más pesado de lo imprescindible: no puedo, por lo tanto, hablar de su distribución interior más allá de lo que se ve en las plantas.
Por la descripción que hago del edificio creo que cualquiera entiende que el trabajo de SOMOS ARQUITECTOS me ha parecido un ejercicio interesante y con muchas intenciones dignas de tener en cuenta.
Mi gran duda es si esa pieza tan interesante está en su sitio. No pienso caer en la simplonada de decir que “no pega”, porque eso importa relativamente y porque seguramente, si lo que hacemos es fijarnos en el entorno para ver “lo que pega”, tendríamos que construir -con todos los respetos hacia los que allí han trabajado- más arquitectura de medio pelo como la de su entorno. Pero creo que las 123 VIVIENDAS de SOMOS ARQUITECTOS tienen una fuerza icónica demasiado significada, y que no le corresponde: un edificio tan singular debe responder a una posición urbana también muy singular. Y eso, en este caso, no se da ni por asomo: la parcela que ocupa está tan o tan poco cualificada como cualquiera de las que tiene a su alrededor.
123 VIVIENDAS en el ENSANCHE DE VALLECAS de MADRID. Avenida del Ensanche de Vallecas, 45-51. 28051 Madrid
10 comentarios:
Hola
A la vista el edificio es realmente
novedoso y por lo que a mi me parece hasta bonito.
Pero en mi,que me dedico a la limpieza, seguramente la deformación
profesional, me lanza una pregunta,
¿Cuando los arquitectos crean un nuevo proyecto, piensan en que habra
que limpiarle.
Saludos y saludos
JULIO, ya ves que algunos arquitectos sí pensamos en eso, ¡incluso lo decimos al comentar los edificios que visitamos! Otra cosa es que siempre se consiga de manera que contente a todos los implicados ... El mantenimiento de cualquier edificio (que incluye la limpieza) es una parte importante de su vida, a la larga un asunto bastante clave, aunque no es uno de los criterios principales a la hora de proyectar, ni mucho menos. La manera de cuidar a la criatura es algo que conviene pensar desde el principio, porque un edificio debe durar en buenas condiciones mucho tiempo para que los usuarios (los inquilinos que allí viven, los trabajadores que allí trabajan, los viajeros que allí toman un tren o un avión, los visitantes que ven una exposición o escuchan un concierto: quien sea) lo disfruten. Y para eso el edificio “se debe poder cuidar”: si no se han previsto bien las cosas y al cabo de pocos años da pena verlo de viejo y sucio y goteroso, mal asunto. Otra cosa es que los usuarios/responsables sean unos dejados, que de todo hay. Me ha gustado tu comentario: yo hablando de la excesiva intensidad icónica de la pieza en una trama urbana indiferenciada, y tú poniendo los pies en el suelo.
xG
Me hizo gracia el comentario de Julio porque a medida que iba leyendo la entrada pensaba precisamente en como sería la vejez del edificio.
Y es que a mi entender a veces los (algunos) arquitectos llevados por el diseño se olvidan de otras cosas que van a marcar la vida y a la postre calidad del proyecto.
Una pena que no pueda ver bien los planos -me fascinan.Y me alucina que edificios como los que mencionas de la Gran Vía se solventaran con cuatro planos y ahora un edificio de viviendas insípido como el solo lleva tropecientos entre básicos, ejecución, modificados, modificados del modificado, estudios de seguridad, y todo eso que sabrás mejor que yo.
Lo del emplazamiento del proyecto que mencionas y que me parece fundamental también a veces se olvida -en Oviedo metieron al cangrejo (Palacio de Congresos de Calatrava) a calzador en una parcela en que no pega ni con cola. La culpa ¿Del alcalde o del arquitecto? ¿o de ambos?
Segunda lectura: ¿No puede ser esa singularidad buscada precisamente como contrapunto a una arquitectura más anodina? (Sin animo de criticar por ello a los arquitectos que hicieron los edificios; ya sabemos que la mayor parte de los constructores quieren sacar el máximo rendimiento a los edificios y eso limita muchas veces -casi siempre-esos diseños.
Antes de acabar-y perdona por la divagación no sé si ajustada al tema- es una pena que no hayas podido ver el interior de los pisos.
Incluso antes de leer los comentarios, estaba pensando en lo mismo que han dicho.
- El tema de la limpieza: importantísimo
El que menciona Lammermoor, que tantas veces se ha tratado en este blog, el compromiso entre utilidad y estética, etc...
En concreto yo estaba pensando que el edificio, por fuera es realmente estético, pero el interior no siempre es tan interesante, por ejemplo las escaleras, que me parecen un poco carcelarias, o casi peor aún, de corrala ¿esas ventanas son de las viviendas?
A mí que las ventanas de mi casa den a un pasillo común me da hasta miedo.
Respecto al entorno, sí que me parece correcto. Otra cosa sería si por ejemplo estuviera, ya que aquí lo comentamos tanto, en medio de la Gran Vía, o de San Francisco El Grande.
No sé, cualquier entorno histórico me parece delicado y que hay que hilar muy fino, pero en un barrio anodino, me parece perfecto.
Cuando me refiero a "que no pega" quiero decir que a mi entender ese edificio exigía una parcela de terreno con espacio libre alrededor (y esa sensación daba en las infografías). En su lugar, se empeñaron en meterlo en el espacio del antiguo campo de futbol, flanqueado por unas torres de viviendas y junto a un parque (que se comieron en casi su totalidad) y una iglesia.
LAMMERMOOR, lo de pegar o no pegar (se entiende perfectamente a qué te refieres) pienso que es lo de menos: muchas veces lo que un sitio tonto necesita es precisamente algo que sirva de revulsivo, que lo dinamice y le de calidad e interés: un ejemplo paradigmático es el POMPIDOU de París ¿Pega? con los criterios de nuestras abuelas, ni con cola ¿Es acertado? desde mi punto de vista, absolutamente acertado, una operación urbanística brillante con un edifico singular más que brillante (y una plaza delante que también es clave). Vuestro cangrejo –que, todo sea dicho, no conocía y acabo de ver en internet- puede responder a un intento similar, pero esa operación no siempre salen tan bien como en París, claro. El “problema” del edificio de SOMOS ARQUITECTOS (y escribo problema entre comillas porque realmente ellos no tienen ninguno: han hecho una obra notable) es que se trata de una parcela como las demás en la que se implanta un edificio/vedette: ¿es malo que le edificio sea vedette? creo que no. Lo malo es que se vista de fiesta cuando debería ir de calle. Si conoces Sanchinarro (LOQUE, tú seguro que lo has visto mil veces), en la salida de Madrid por la A-1, el EDIFICIO MIRADOR de MVRDV es un ejemplo acertado de lo que quiero decir: un edificio de viviendas singular para una posición singular; eso sí que es –en mi opinión- correcto desde el punto de vista de urbanismo.
En cualquier caso, leyendo tus comentarios y el de LOQUE, pensaba: ¿habría ido yo al ENSANCHE DE VALLECAS si no existiera este edificio? y la respuesta es que seguramente no ... Así que ya se ve que algo de peso y atractivo sí que tiene la singularidad, y que vuestros comentarios no van descaminados.
Y sobre los miles y miles de planos que ahora necesita un proyecto, mi pregunta es casi la contraria: no me pregunto porqué ahora son necesarios tantos –que lo entiendo- sino cómo eran capaces de hacer edificios maravillosos con tan pocos ...
LOQUE, sobre lo que dices del interior un punto carcelario desde luego a mi no se me ocurrió, pero al leértelo entiendo perfectamente que muchos lo podáis ver así. Y lo de las ventanas al interior no es la mejor solución, pero antes de tener un baño o una cocina sin ventilación, mejor un hueco a un patio con vidrio traslucido y con apertura limitada.
Gracias por vuestros comentarios, tan interesantes.
xG
La reseña me ha parecido muy interesante, y la web de los arquitectos también lo es. Las fotos que han puesto de las zonas comunes interiores me ha recordado una especie de corrala, pero a lo moderno...
.
ALFARAZ, es verdad que tiene un aire a corrala actualizada, pero quizá le falta ese patio que había en todas las corralas y donde los vecinos cruzaban sus vidas: aquí es puramente una zona de paso. Lo que dices de la web también es cierto: muy interesante. Seguramente investigaré algo más el trabajo de SOMOS ARQUITECTOS.
xG
vivo en él.
Todo oxidado, pasarelas llenas de agua por las lluvias, pasarelas metálicas en las que los días de mucho frío se congela ese agua y son pistas de patinaje, el agua de la lluvia se mete en los rellanos de acceso a viviendas, y por el desnivel, a las viviendas, filtraciones de agua en luminarias que hacen que se cortocircuite la instalación cada dos por tres, las luces de suelo en el patio de acceso no han funcionado nunca, y más de la mitad están tapadas pq el cristal está roto, todo esto por el diseño, ya no os cuento desperfectos por uso de materiales pobres que utilizó la constructora, no achacables a los arquitectos... Cómo será la cosa que la EMVS ha pedido a los arquitectos un proyecto para hacer un tejado y tapar la corrala...
ANÓNIMO, realmente es patético, tal y como lo cuentas. Y lo malo es que no es la única vez que aparece un comentario de este estilo en una entrada sobre edificios de la EMV: EVA, una inquilina del EDIFICIO CELOSÍA de Sanchinarro, hizo unos comentarios parecidos a los tuyos.
Hay, en mi opinión, varios problemas; entre otros, el uso de soluciones no adecuadas para la climatología (hablamos de esto en selecciónARTE al referirnos a un proyecto en Carabanchel, aunque también es verdad que en Madrid hay corralas "desde siempre"), el descuido de los detalles del proyecto por parte de los arquitectos (o el poco control de la obra, que también es responsabilidad suya), y seguramente lo ajustado de los presupuestos que impiden realizar bien las soluciones necesarias para que las cosas funcionen, y utilizar materiales adecudos. En cualquier caso, al final son -sois- los usuarios los que pagáis el pato: una cosa es la teoría de la que yo puedo hablar en el blog, y otra la realidad que sufrís los propietarios de las viviendas. Una pena.
xG
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