jueves, 28 de mayo de 2009

JUAN MUÑOZ. RETROSPECTIVA, en el MNCARS
































Fantástica exposición.

No se me ocurre mejor manera de empezar que dejando claro lo mucho que me ha gustado e impresionado la RETROSPECTIVA de JUAN MUÑOZ que organiza el REINA SOFÍA.

Conocía, lógicamente, la obra de JUAN MUÑOZ, y había visto piezas sueltas. Pero verla en conjunto es muy muy ilustrativo: se descubre el indudable interés de este
artista, y su indudable calidad. Uno no sólo encuentra perfección técnica -evidente y que quizá es lo que habitualmente llama la atención- sino un discurso interesante y una coherencia muy seria para desarrollarlo.

Si tuviera que elegir una idea para caracterizar la obra de JUAN MUÑOZ, para explicar lo que la exposición me ha sugerido, me quedaría con la de incomunicación: muchas, muchísimas figuras casi siempre próximas o espacialmente relacionadas, pero ¿comunicándose?

No, para nada.

Las visiones entre todas ellas, sus interrelaciones, o están negadas o son tangentes: los personajes no se miran, sino que miran al aire, a puntos perdidos en el espacio (eso sí, muy próximos a la cara de alguno de sus compañeros); sus ojos primero están anulados –mediante líneas verticales las más veces- y después cerrados a fuerza de ser achinados, orientales; las manos se lanzan en actitud de saludo, pero ¿hacia quién, exactamente?; ese Eliot figurado que se sienta absolutamente solo en una repisa frente a su gran tierra baldía; o ese apuntador que apunta a nadie; esos hombres o esas mujeres “saco”, que tienen imposibilitada la traslación para llegar hasta el que tienen a su lado; la o el que se miran en el espejo y donde no encuentran más que a ellos mismos; los cinco sentados en círculo pero cada uno a lo suyo, con su tambor; la vida en dos cajas de zapatos que nunca pueden encontrarse; el árabe solitario que mira al suelo; los dos colgados y condenados a girar eternamente alrededor de sí mismos; los balcones a los que no se sale o las escaleras que suben a ningún sitio ...

Hay, si no recuerdo mal, sólo dos obras en la que dos personajes hablan entre ellos; y en la única que hay voz –grabada y en inglés- precisamente se insiste en esa idea de incomunicación: esos dos pequeñísimos que –sin mirarse y tartamudeando- se preguntan uno a otro -¿Qué dijiste? – No dije nada – Nunca dices nada pero sigues viniendo.

Completa el conjunto un matiz clave: muchos de los personajes están solos pero tremendamente alegres, siempre sonrientes ¿por qué? ¿inconsciencia? ¿idiotez? ¿porque no hay más remedio? ¿porque lo realmente importante pasa dentro?

Luego están el tren descarrilado y el coche volcado, los dos con mundo interior, con vida dentro: más de lo mismo.

Y para enfatizar todavía más las obras, la luz, que crea unos efectos magistrales.

Estos ingredientes –junto la perfección técnica que ya señalé- crean una atmósfera tremendamente inquietante y absolutamente atrayente, hipnotizante.
En mi opinión esta es otra de las exposiciones (antes fue la de
BACON en EL PRADO, que también contra todo pronóstico me resultó impactante) que recomiendo vivísimamente: un must, casi obligatoria.

8 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Vale, me has convencido.
Es un OPL pero de exposiciones.

xGaztelu dijo...

¿Un OPL? Me has pillado.

xG

Isi dijo...

Te lo explico yo: OPL son las siglas de Otro Para la Lista, refiriéndonos a los libros en los blogs. Así que Loquemeahorro se lo apunta en su lista de exposiciones.

Alfaraz dijo...

Cierto que todas estas figuras acaban evocando la soledad e incomunicación del hombre actual.

¿Elegimos LMO* de la exposición?
Yo por ejemplo el niño solitario sentado, que es la última fotografía que has colgado.



*La Mejor Obra

.

xGaztelu dijo...

Gracias, ISI, por la aclaración. El comentario de LOQUEMEAHORRO me dejó con cierta CdT (cara de tonto): “¿un OPL, un OPL? seguro que es algo obvio”, pensaba ...

ALFARAZ, no sabría con cuál quedarme, porque lo que me ha alucinado de verdad es el conjunto, la relación entre todas las piezas. Desde luego, las que involucran al espectador como parte de la obra son especialmente buenas: la que tú señalas (que yo he descrito como Eliot mirando su tierra baldía, porque creo recordar que así se llamaba), o la de los infinitos orientales sonrientes en grupos (Many Times). ¿Probaste a colocarte en el centro de uno de esos corros y tratar de enganchar con algún chino?: de lo más inquietante.

xG

Alfaraz dijo...

...y lo peor: aquel que murmura, moviendo los labios cuando llevas un rato mirandolo fijamente.
Impressive.

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Maribel dijo...

Yo tuve la suerte de ver la exposición en el Guggenheim de Bilbao, pero sólo pudimos hacer fotos en el exterior...
La muestra es magnifica, inquietante pasear como dices entre los diminutos orientales, no sé decir que me gustó más, la forma en la que el autor quiere que el espectador interactue, los distintos ángulos, el juego de tamaños...
Otro Muñoz, esta vez Muñoz Molina en"Ventanas de Manhattan", hablaba mejor que yo de la fuerza de este escultor, de cómo estaba mejor considerado en New York, que en España. A veces uno tiene que morirse para ser profeta en su tierra...
Un saludo ;-)

xGaztelu dijo...

MARIBEL, no sabía nada de VENTANAS DE MANHATTAN, pero lo buscaré: por lo que dices creo que me va a interesar. Por cierto, las fotos no son mías: como te pasó en el GUGGENHEIM, en el Reina sólo se podían hacer fotos de las pocas obras que estaban en el exterior (patio y terraza), y las que acompañan esta entrada las tomé “prestadas” de algún sitio en internet.
xG