Durante le mes de julio de 2013 el GIMNASIO DEL COLEGIO MARAVILLAS ha ocupado la cabecera de selecciónARTE. El arquitecto ALEJANDRO DE LA SOTA proyectó y construyó el edificio entre 1960 y 1962. Entonces lo explicaba así:
Estructura de hormigón en sótanos, de hierro el resto. En la sala, pilares de ocho metros de altura separados a seis metros, soportando vigas-puente de 20 metros de luz. Forjados de viguetas metálicas y Viroterm, absorbente de ruidos, en la línea baja de las vigas, utilizado conjuntamente como piso de las plantas superiores y techo del gimnasio. Suelo elástico de madera en cancha. Se trató de conseguir un ambiente cargado de humanidad, neutralizador de la frialdad gimnástica; se usaron materiales calientes en color y materia; fue ésta la principal preocupación arquitectónica ambiental. 1962
Años después, hacía estas consideraciones:
Este edificio del año 62, nació a su aire. Preocupados con los problemas urbanos, aprovechamiento del mal solar, económicos, no dio margen para preocuparse por una arquitectura determinada; por eso carece de cualquiera de ellas. Tal vez sea otra; tal vez. Explicarlo llevaría a la polémica de: Arquitectura sí, Arquitectura no. Situado el volumen del gimnasio propiamente dicho en la cota justa, se añaden por el arquitecto al programa el sótano, las clases (cubierta del gimnasio) y la terraza (patio de juegos) en la cota del Colegio. Con la elección de la estructura apropiada se consiguen, en el interior del gimnasio y las clases, efectos arquitectónicos.
Los miradores exteriores le devuelven al gran muro la escala urbana. Se remata todo con la valla de protección del patio, que juega con el conjunto y también es fachada.
El gimnasio de Maravillas tiene ya 22 años. No sé por qué lo hice así pero lo que sí sé es que no me disgusta haberlo hecho. Creo que el no hacer Arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo. Entonces se resolvió un problema y sigue funcionando y me parece que nadie echa en falta la Arquitectura que no tiene. 1984
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