martes, 24 de abril de 2012

HEMICICLO SOLAR, de CÉSAR RUIZ LARREA, ARQUITECTO, en MÓSTOLES




CÉSAR RUIZ LARREA es un arquitecto al que conviene seguir la pista. Autor de muchos edificios de calidad, en selecciónARTE ya hemos hablado de él un par de veces: con motivo del comentario sobre la SEDE DEL INE en la Plaza de Castilla, y al recorrer por segunda vez el ENSANCHE DE CARABANCHEL repasando algunos edificios de chapa. Recientemente ha construido en Móstoles un edifico realmente interesante, el HEMICICLO SOLAR, que con gran probabilidad será un icono identificativo de aquella localidad madrileña. El edificio fue promovido por la Empresa Municipal de Suelo de Móstoles, y está destinado a viviendas (92 viviendas, he leído en algún sitio, para alquilar a jóvenes o familias con rentas reducidas).
Cuando uno consigue encontrar el HEMICICLO SOLAR (está en una de las zonas de expansión de Móstoles y llegar me costó varias vueltas, aunque he de reconocer que es una zona de Madrid que desconozco completamente) llama rápidamente la atención su planta en forma de arco, y sobre todo la radical diferencia entre sus fachadas: la norte y las laterales son muy herméticas, y se resuelven con largas tiras de policarbonato de varios colores y un despiece bien resuelto; la sur, en cambio, es mucho más neutra de color, completamente permeable, y a la vez perfectamente tamizable gracias a un gigantesco paño de lamas que la cierra casi completamente: sólo queda interrumpido por tres grandes huecos situados con acierto que, además de componer el frente, le dan la nota de color. También llama la atención la enorme marquesina de aluminio que resguarda el corredor de acceso: lástima que toda la parte delantera del propio edificio esté todavía vallada y en obras, lo que –a día de hoy- encajona el corredor, quita belleza al conjunto … y es criminal para el fotógrafo!

Tuve la suerte de encontrar a un vecino amable que me enseñó el interior del HEMICICLO SOLAR. Cuando uno pasa dentro, descubre que todas las viviendas se orientan al sur, y las circulaciones están en la zona norte, pegadas a esa gran cortina plástica que cierra los pasillos en casi todo su recorrido. Digo casi todo porque en lugares puntuales se abre hacia el norte, y en tres puntos -precisamente los tres grandes huecos de la fachada sur- se organizan espacios públicos pasantes, a modo de estancias-mirador abiertas a la ciudad (por ahora hacia la casinada, porque aquella zona de Móstoles todavía está muy cruda, sin hacer). Desde uno de esos tres huecos se puede acceder a la cubierta: yo subí las escaleras hasta arriba pero encontré la puerta cerrada, y no puede pasar: a través del vidrio se veía que era una cubierta vegetal, y seguramente no sólo practicable sino vividera, como LE CORBUSIER quería para sus Unidades de Habitación. Junto a todo esto -y aunque lo señale al final es uno de los aspectos más interesantes del proyecto- el arquitecto ha buscado la eficiencia energética, proyectando un edificio bioclimático: aprovechamiento de la luz y del sol, optimización de las ventilaciones, calefacción y refrigeración naturales, etc.


Si alguno quiere ir a ver el HEMICICLO SOLAR, está situado en la Plaza del Sol, de Móstoles. Pero esa dirección aún no es fácilmente localizable en los buscadores habituales, así que una buena pista para encontrarlo es la parada de Metro Sur MANUELA MALASAÑA: el edificio está justo delante de la salida.


Cuando pregunté a mi anfitrión su opinión sobre el HEMICICLO, me dijo que no estaba demasiado contento con el edificio (él fue mucho más rotundo, la verdad): se quejaba de algunas calidades, y sobre todo de las circulaciones abiertas al exterior. Desde luego, ese día tenía toda la razón del mundo: el viento era más que notable y aquellos espacios y corredores resultaban inhóspitos y fríos, desagradables; además, todavía quedaban charcos de las últimas lluvias. Aunque tiene poco que ver con el edificio y más con los inquilinos, me contó que pocos días antes hubo un incendio, justo debajo del hueco más grande de fachada: se ve bien en alguna foto (también me dijo que como toda la parte delantera está sin hacer, los bomberos tuvieron dificultades para trabajar …).

El HEMICICLO SOLAR me ha parecido un edificio relevante, desde luego: arquitectura de calidad que consigue una imagen acertada y potente. Como tantas veces, surgen dudas sobre su bondad constructiva (aunque no vi el interior de ninguna vivienda, alguna cosa me llamó la atención), y habrá que ver cómo funciona la pretendida eficiencia energética: ejemplos tenemos, por desgracia, de que la teoría no siempre se lleva bien con la realidad, ni tampoco con la habitabilidad (¡claro que es necesario investigar si queremos avanzar!: yo no lo pongo en duda. El problema es cuando te toca sufrir el experimento). También me surgen algunas incógnitas sobre la durabilidad de la solución: las lamas, sin ir más lejos, son un elemento maldito, y cualquiera que las haya usado alguna vez sabe que con enorme facilidad dejan de funcionar correctamente. En fin, la vida y los usuarios dirán, pero el proyecto tiene indudable interés.

2 comentarios:

lammermoor dijo...

Uy, esta entrada me trae a la mente algunas de mis reflexiones sobre el Libro de LLatzer Moix (no encuentro el fichero con la reseña que había preparado. Diseño sí pero "no a cualquier precio"; es decir, nunca debe dejarse de lado la habitabilidad. También plantearse como envejecerán los materiales y no solo lo "guapo" que queda ahora.
Por contra, me parece genial que el diseño no se limite solo a los edificios promovidos por grandes empresas o ricos riquísimos.

xGaztelu dijo...

LAMMERMOOR, es un tema clásico: experimentación (técnica o formal) vs habitabilidad. Clásico, y con muchos matices. Quizá algún día escriba lo que tengo en la cabeza sobre esto. Y ya pedí ARQUITECTURA MILAGROSA, pero aún no me he acercado a por él: tengo ganas de leerlo ...

xG