viernes, 26 de junio de 2009

LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR, de JOSEPH ROTH


Andreas es un mendigo borrachín y mujeriego, un clochard que vive bajo los puentes del Sena, en París. Una noche, un misterioso individuo se le acerca y le ofrece 200 francos como ayuda. Andreas los admite con la promesa de devolverlos, pero su benefactor le indica que debe devolverlos como ofrenda a Santa Teresita de Lisieux en una iglesia de París, Sainte Marie des Batignolles, al final de una de las misas de domingo. Una serie de sucesos inesperados –quizá milagrosos- hacen que Andreas siga consiguiendo cantidades de dinero más o menos importantes; y otos sucesos –que no podemos calificar de milagrosos, aunque sí de casuales- que las vaya perdiendo, de manera que a pesar de su buena intención semanal de entregar la limosna a la santa, no lo consigue. Finalmente (creo que en este caso no importa desvelar el final, sobradamente conocido: quien no quiera enterarse, que pase al siguiente párrafo), en su tercer intento, Andreas muere a los pies de la santa, o de quien él piensa que es la santa en persona que ha venido a ayudarle a pagar su deuda.

LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR es un relato breve, sencillo, donde al empeño del protagonista por hacer el bien se van enfrentando las circunstancias del mal, que se lo impiden. ROTH lo escribe poco antes de su muerte (la publicación, en 1939, es póstuma) y parece autobiográfico: ROTH debía aplicarse bastante bien a la bebida. Dos pistas de esta afición: en el dibujo/retrato que acompaña esta entrada el propio ROTH anotó “Das bin ich wirklich; boese, besoffen, aber gescheit.”: “Así soy realmente: maldito, borracho, pero lúcido”. La segunda es la última frase de LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR: “Gebe gott uns allen, uns trinkern, einen so leichten und shönen Tod.”: “Denos Dios a todos nosotros, bebedores, tan liviana y hermosa muerte.”

Por un lado, el tema de fondo de LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR me parece una idea universal: todos sabemos lo difícil que a veces resulta hacer bien las cosas, por más ganas que tengamos de ser buenos. Por otro lado, la forma concreta de exponer esa idea resulta un poco simplona: las “argucias del mal” para impedir que Andreas cumpla su objetivo son tan tontas que no resultan creíbles. Aunque, bien pensado, me parece que esto es un asunto menor: quiere ser una leyenda, un tipo de relato que normalmente es esquemático y sencillo.

De JOSEPH ROTH ya había leído LA CRIPTA DE LOS CAPUCHINOS, que me pareció interesante (relata la caída del imperio Austro-Hungaro); nunca me he animado con LA MARCHA RADETZKI, aunque dicen que es lo mejor de ROTH y más de una vez me lo han recomendado. LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR es un texto ya clásico que se lee en un rato: aunque, en mi opinión, no consiga el calado que pretende, su lectura no está de más.

2 comentarios:

Isi dijo...

Hola!
No tiene nada que ver con esta entrada, pero era para decirte que han actualizado el sistema operativo del iPod y resulta que ahora tengo una opción diferenciada de las demás que se llama......
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¡¡¡AUDIOLIBROS!!!

jajaja, me he acordado de tí, por supuesto, y de que tengo que ir a la biblioteca a investigar ¡ya!

xGaztelu dijo...

Pues llega en el mejor momento: ya sabes lo difícil que es encontrar postura para leer un libro cuando uno está tumbado en la playa ...

xG