Durante el mes de junio de 2OO9 la cabecera de selecciónARTE ha sido una foto del crematorio del SKOGSKIRKOGÅRDEN, Cementerio del Bosque o Cementerio Sur de ESTOCOLMO, proyectado por ERIC GUNNAR ASPLUND y SIGURD LEWERENTZ en 1915 (aunque, como le pasa a otras obras de ASPLUND, su ejecución se alarga enormemente en el tiempo y no se inaugura hasta 1940); la fotografía está hecha desde la colina de la meditación. El conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En 2002 tuve ocasión de pasar unas semanas en ESTOCOLMO. Aproveché –entre otras muchas cosas- para ver en directo las obras de ERIC GUNNAR ASPLUND que desde la carrera tanto me habían atraído, quizá de manera poco racional porque no sé explicar con claridad qué le veo a al arquitecto sueco.
Es verdad que uno de mis primeros proyectos en la universidad fue un pequeño pabellón en una villa de ASPLUND: me “vendieron” muy bien al arquitecto, y desde entonces he estudiado su obra, ciertamente singular: se mueve entre el regionalismo nórdico casi casi romántico y el racionalismo europeo más radical.
Las obras de ASPLUND vistas, recorridas, miradas con detalle y en directo, hablan muy bien del arquitecto: quizá su forma de hacer no tenga nada que ver con la nuestra (con la mía), pero se nota ese no-se-qué de las grandes obras.
Visité con detalle y varias veces la BIBLIOTECA MUNICIPAL DE ESTOCOLMO (1921-1928), ese enorme tambor cilíndrico lleno de libros, absolutamente evocador; después de mucho buscar por DJURSHOLM localicé y puede ver la VILLA SNELLMAN (1917-1918), la de mi primer pabelloncito ... Eso sí, sólo verla por fuera: los actuales dueños, que estaban de tertulia en la puerta, se portaron bien dejándonos entrar en su jardín, pero no al interior de la villa: se les notaba con el lógico recelo ante unos extranjeros que invaden su propiedad, y quizá aburridos de ser foco de “peregrinaje” de tanto arquitecto pelmazo. Visité el cine SKANDIA (1922-1923).
Y visité el CEMENTERIO DEL BOSQUE: de lo mejor que he visto en paisajismo. El acceso cuesta arriba, con la pradera a un lado y el muro que va creciendo al otro, la gigantesca cruz que espera en lo alto para señalarnos la llegada, la visión del bosque, el atrio del crematorio y el propio crematorio, el lago, la colina de la meditación, las capillas del Bosque y de la Resurrección, el edifico de servicios generales. Todo es magistral. En el centro de información tuvimos la suerte de dar con dos mujeres encantadoras (una sudamericana, más mayor, y otra sueca, joven) que nos enseñaron todo aquello, y con especial detalle la capilla del Bosque (incluso encendieron las velas de todos los apliques de las paredes para que pudiéramos valorar el efecto de luz buscado por ASPLUND); también recuerdo –como nota negra-que al visitar el crematorio estaban velando a un chileno ...
En 2002 tuve ocasión de pasar unas semanas en ESTOCOLMO. Aproveché –entre otras muchas cosas- para ver en directo las obras de ERIC GUNNAR ASPLUND que desde la carrera tanto me habían atraído, quizá de manera poco racional porque no sé explicar con claridad qué le veo a al arquitecto sueco.
Es verdad que uno de mis primeros proyectos en la universidad fue un pequeño pabellón en una villa de ASPLUND: me “vendieron” muy bien al arquitecto, y desde entonces he estudiado su obra, ciertamente singular: se mueve entre el regionalismo nórdico casi casi romántico y el racionalismo europeo más radical.
Las obras de ASPLUND vistas, recorridas, miradas con detalle y en directo, hablan muy bien del arquitecto: quizá su forma de hacer no tenga nada que ver con la nuestra (con la mía), pero se nota ese no-se-qué de las grandes obras.
Visité con detalle y varias veces la BIBLIOTECA MUNICIPAL DE ESTOCOLMO (1921-1928), ese enorme tambor cilíndrico lleno de libros, absolutamente evocador; después de mucho buscar por DJURSHOLM localicé y puede ver la VILLA SNELLMAN (1917-1918), la de mi primer pabelloncito ... Eso sí, sólo verla por fuera: los actuales dueños, que estaban de tertulia en la puerta, se portaron bien dejándonos entrar en su jardín, pero no al interior de la villa: se les notaba con el lógico recelo ante unos extranjeros que invaden su propiedad, y quizá aburridos de ser foco de “peregrinaje” de tanto arquitecto pelmazo. Visité el cine SKANDIA (1922-1923).
Y visité el CEMENTERIO DEL BOSQUE: de lo mejor que he visto en paisajismo. El acceso cuesta arriba, con la pradera a un lado y el muro que va creciendo al otro, la gigantesca cruz que espera en lo alto para señalarnos la llegada, la visión del bosque, el atrio del crematorio y el propio crematorio, el lago, la colina de la meditación, las capillas del Bosque y de la Resurrección, el edifico de servicios generales. Todo es magistral. En el centro de información tuvimos la suerte de dar con dos mujeres encantadoras (una sudamericana, más mayor, y otra sueca, joven) que nos enseñaron todo aquello, y con especial detalle la capilla del Bosque (incluso encendieron las velas de todos los apliques de las paredes para que pudiéramos valorar el efecto de luz buscado por ASPLUND); también recuerdo –como nota negra-que al visitar el crematorio estaban velando a un chileno ...
Recuerdo muchas más cosas, pero no pretendo contar mi vida. Acabo señalando que ESTOCOLMO es una de esas ciudades que impactan (no así lo que pude ver del resto de SUECIA –no fue muchísimo, esa es la verdad- que encontré muy discreto). Quizá porque no esperaba una ciudad tan interesante y tan bonita: una auténtica maravilla. Desde luego, recomiendo vivamente el viaje: el Mar Báltico, el Lago Mälaren, Gamla Stand, la isla de Durjgården, el archipiélago, todo. Es una lástima que apenas conserve fotografías de aquellos días (sólo la foto de la cabecera es mía -parte de una foto mía: el resto las tomo prestadas de la red).
4 comentarios:
La foto de cabecera es muy buena, muy centroeuropa, desde luego.
Dan ganas de que lo incineren a uno.
.
Lo que de verdad es bueno, ALFARAZ, es el sitio: de primera.
xG
Gracias y espero tener pronto la oportunidad de ver sus obras y visitar esa ciudad de la que hablas tan bien
ERNST, bienvenido a selecciónARTE. Desde luego ESTOCOLMO es un sitio que vale la pena, sorprendente, y ASPLUND un arquitecto interesantísimo. Yo estuve allí hace ya tiempo, pero recuerdo todo con gran viveza. Desde luego, si tienes ocasión de ir no la dejes pasar.
xG
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