Hace años leí LA COMEDIA HUMANA, de SAROYAN, y guardo un grato recuerdo. Ahora he leído ME LLAMO ARAM, y el regusto con el que termino se parece al de entonces, o al que recuerdo de entonces.
ME LLAMO ARAM es una colección de catorce relatos que recogen recuerdos de la infancia y adolescencia de ARAM GAROGHLANIAN, armenio nacido en los Estado Unidos (Fresno, California) en las primeras décadas del siglo pasado. Con sus historias nos presenta a su extensa familia (la componen 37 ó 38 miembros, dice en algún momento), en la que hay de todo: sabios, locos, poetas, idealistas, confiados ... todos unidos, todos con una clara conciencia de un clan, todos respetando la autoridad que da la edad y la experiencia. Con pocas pinceladas el autor define a los personajes, les da vida y los hace interesantes; a veces con un punto de misterio, como el indio ojibwa que se hace llamar LOCOMOTORA 38; con una gran humanidad, como el viejo DAWSON, director de la Emerson School, que con justicia no perdona el castigo por la escapada al circo, pero lo hace con delicadeza, comprendiendo la pasión juvenil por el mayor espectáculo del mundo ; soñadores, como el tío MELIK que planta granados en el desierto; místicos desengañados como el tío GYKO; prácticos como PANDRO KOLKHOZIA negociando la participación en el coro presbiteriano para la Señorita BALAIFAL. Quizá ARAM es demasiado listo, avispado, observador, maduro, “poco niño”.
Ninguno de los relatos tiene fuste como para ser el que articula el libro, pero en conjunto forman un retrato completo y acertado, lírico, de una vida y una época: son historias sencillas contadas por un chico inteligente, que presentan una sociedad amable. Un libro que se lee bien, donde se puede reseñar poco y con el que se puede disfrutar sin problemáticas artificiales o rebuscadas.
En cualquier caso, y a pesar de lo que el tiempo haya podido deformar mi recuerdo, mejorándolo, me quedo con LA COMEDIA HUMANA ...
viernes, 2 de mayo de 2008
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