Hasta que hace unos meses visité el edificio VELAS Y VIENTOS en el puerto de VALENCIA, reconozco que no había prestado demasiada atención a DAVID CHIPPERFIELD -para mi sonrojo lo digo. Pero después de pasear por aquellos enormes planos blancos volando ... me ha ganado completamente.
En MADRID tenemos dos trabajos de CHIPPERFIELD: una actuación en el HOTEL PUERTA DE AMÉRICA, y el EDIFICIO DE VIVIENDAS en VILLAVERDE, que he estado viendo recientemente. Verdaderamente se trata de una obra lograda. Las fachadas resueltas con GRC de tonos tierras, la gran profundidad de los huecos desordenados y el juego de planos que cortan la parte superior del bloque en oblicuo –consecuencia de una interpretación inteligente de las ordenanzas- dan al conjunto un espléndido aspecto pétreo. Rocoso. De masa tallada. De cuevas en la montaña. De hogar protegido. Pero hoy no quiero limitarme a describir ni a alabar, aunque sea lo que el arquitecto merece.
Hay otra idea que vale la pena comentar a la vista de esta obra. Visitando ahora el edifico, ya rodado, es obligatorio hacer una consideración simple pero tan real como un programa en directo: la relación entre la pieza de Arquitectura y el usuario. Al final, los edificios están hechos para que vivan personas dentro: cada uno coloniza su hábitat, lo hace suyo, lo transforma. Y al hacerlo puede parecer que no ha sabido apreciarlo ¿Qué tienen que ver los cuidadísimos huecos de CHIPPERFIELD con las jardineras llenas de geranios? ¿con los petos de cañizo? ¿con las chimeneas de calderas? ¿con las toallas colgadas puestas a secar? Seguramente nada, y podría incluso parecernos una falta de sensibilidad importante. Pero hay que reconocer que –nos guste o no nos guste, que nos gusta poco- al final la arquitectura es buena si se puede usar para lo que ha sido construida por el usuario razonable. Si no, podemos tener una magnífica escultura, pero aquello no será Arquitectura.
Mas fotos en http://picasaweb.google.com/xGaztelu/DavidCHIPPERFIELDEnMADRID
En MADRID tenemos dos trabajos de CHIPPERFIELD: una actuación en el HOTEL PUERTA DE AMÉRICA, y el EDIFICIO DE VIVIENDAS en VILLAVERDE, que he estado viendo recientemente. Verdaderamente se trata de una obra lograda. Las fachadas resueltas con GRC de tonos tierras, la gran profundidad de los huecos desordenados y el juego de planos que cortan la parte superior del bloque en oblicuo –consecuencia de una interpretación inteligente de las ordenanzas- dan al conjunto un espléndido aspecto pétreo. Rocoso. De masa tallada. De cuevas en la montaña. De hogar protegido. Pero hoy no quiero limitarme a describir ni a alabar, aunque sea lo que el arquitecto merece.
Hay otra idea que vale la pena comentar a la vista de esta obra. Visitando ahora el edifico, ya rodado, es obligatorio hacer una consideración simple pero tan real como un programa en directo: la relación entre la pieza de Arquitectura y el usuario. Al final, los edificios están hechos para que vivan personas dentro: cada uno coloniza su hábitat, lo hace suyo, lo transforma. Y al hacerlo puede parecer que no ha sabido apreciarlo ¿Qué tienen que ver los cuidadísimos huecos de CHIPPERFIELD con las jardineras llenas de geranios? ¿con los petos de cañizo? ¿con las chimeneas de calderas? ¿con las toallas colgadas puestas a secar? Seguramente nada, y podría incluso parecernos una falta de sensibilidad importante. Pero hay que reconocer que –nos guste o no nos guste, que nos gusta poco- al final la arquitectura es buena si se puede usar para lo que ha sido construida por el usuario razonable. Si no, podemos tener una magnífica escultura, pero aquello no será Arquitectura.
Mas fotos en http://picasaweb.google.com/xGaztelu/DavidCHIPPERFIELDEnMADRID
VIVIENDAS SOCIALES EN VILLAVERDE. DAVID CHIPPERFIELD. Calle de la Esmaltina, 2. 28021 MADRID.
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