Decir cuál es la mejor novela que uno ha leído es muy difícil; cuál es la mejor novela que se ha escrito, imposible. No existe un NOVELÓMETRO, medidor de la bondad o maldad de la literatura, que concluya objetiva e incontestablemente una pole position. Los grandes gurús pueden hacer listas, los medios de comunicación, encuestas. Pero siempre hay alguien que rechaza los resultados: y está en su derecho. La calidad de una obra de arte no admite centímetros, ni kilogramos, ni amperios: no hay unidad objetiva que la mida (a pesar de esta afirmación, algunas ideas tengo sobre esto, que ya trataré en otra ocasión). A veces uno encuentra largas listas de las 100 mejores películas de la historia del cine, o las 50 mejores novelas del siglo XX, o el top-ten de la música de los 80’s+90’s. Y al comentarla con los amigos, ninguno está de acuerdo: “Hombre, más o menos, sí, está bien, pero a quien se le ocurre poner La mala educación” “En general, vale, pero olvidarse de El siete de septiembre es intolerable: ¡si es lo mejor que se ha hecho en muchos años!”.
Yo he leído muchas muy buenas novelas, y seguro que me quedan mucha buenas por leer. Pero si tuviera que decir cuál ha sido la mejor, seguramente diría GUERRA Y PAZ. Seguro que a alguno de los que lean esto le pareció una cosa larga y aburrida, llena de nombres que no hay manera de recordar, un poco rancia, nada actual ... Se lo concedo, no pido unanimidad.
lunes, 5 de mayo de 2008
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