

Para tratar de explicar en qué consiste –o mejor, qué pienso que es- la ARQUITECTURA CUBISTA CHECA será útil recordar qué es el cubismo, aún sin entrar en grandes profundidades (escribo sin recurrir a fuentes, únicamente con el material que tengo en la cabeza, y por supuesto sin entrar en grandes profundidades): entiendo el cubismo –la pintura cubista, realmente- como una vanguardia que para representar la realidad la analiza desde distintos puntos de vista y la descompone en formas geométricas y volúmenes sencillos y expresivos. Esas formas se representan después sobre el lienzo con una gran libertad, ordenadas y superpuestas como el artista considera que muestran la realidad completa, con sus tres dimensiones simultáneamente, sin ceñirse a la visión parcial que el observador podría tener desde un único punto de vista (la perspectiva clásica a la que estamos acostumbrados desde el renacimiento).
Si se intenta transponer este concepto de cubismo a la arquitectura, con toda su radicalidad, no resulta sencillo. Considero que no es posible, por muchos motivos, aplicar esos mismos principios a una materia que, además de su vertiente artística, tiene un alto contenido técnico y que necesariamente busca la eficiencia y la utilidad. Muchas consideraciones lo impiden: basta pensar en la Arquitectura como disciplina finalizada en la que cada edificio debe responder a un uso concreto, en la que cada edificio debe servir para lo que se proyecta y construye; en la necesidad en Arquitectura de una idea generadora del proyecto; en la Arquitectura como realidad ordenada; en la Arquitectura como realidad construida; en la Arquitectura como realidad duradera; en la Arquitectura como realidad económica. En cambio, si sólo se trasladan los resultados plásticos de esos principios (la imagen que se obtiene a partir de ellos, quiero decir), la cosa cambia: cuando simplemente se busca conseguir que el aspecto de un edifico guarde relación con el aspecto de un cuadro cubista, al arquitecto le basta analizar las obras representativas del estilo en cuestión, identificar sus elementos más significativos y pensar cómo y dónde se pueden incorporar al proyecto. Alguno puede entender que este razonamiento reduce notablemente la densidad conceptual de la ARQUITECTURA CUBISTA. Así es, y no me parece grave: es razonable pensar que no todos los movimiento tienen el mismo calado y que sólo algunos suponen avances gigantes de alcance universal, pero aún así cada uno aporta algo a la historia del arte y manifiesta el afán creativo del artista; el hecho de que la ARQUITECTURA CUBISTA no salga de la Republica Checa ni tenga proyección internacional nos da una pista más del tipo de movimiento ante el que nos encontramos.
Sea de una manera o de otra, nos encontremos ante un fenómeno artístico radical o puramente formal, no cabe duda de que durante el principio del siglo XX existe en Chequia un estilo arquitectónico singular, propio, que en cuanto uno afina el ojo y está mínimamente atento es claramente identificable. Teniendo en cuenta todo lo visto en PRAGA he tratado de sintetizar las características de la ARQUITECTURA CUBISTA CHECA, que se puede definir por los siguientes rasgos:
1. La ARQUITECTURA CUBISTA es un fenómeno epidérmico, que se manifiesta en la composición formal de algunos elementos arquitectónicos, fundamentalmente las fachadas, pero que no repercute en el concepto básico de la obra de arquitectura: ni en la idea o ideas que generan el proyecto en su conjunto, ni en la forma de desarrollarlo. El cubismo en arquitectura no genera conceptos ni soluciones espaciales, ni funcionales, ni constructivas, ni define circulaciones: únicamente se refleja en la parte más periférica de la arquitectura, en la piel y en los detalles.
2. La ARQUITECTURA CUBISTA busca, como hace también la pintura cubista, la tercera dimensión en el plano, mediante una constante fragmentación de los elementos que componen la fachada.
3. Es precisamente esa fragmentación el ornato que tiene la obra arquitectónica: la decoración no se consigue a base de elementos superpuestos, pegados a la fachada, sino que es el propio concepto que genera la fachada el que le confiere su ornamentación (y por tanto su belleza). Sin duda es fácil ver aquí una referencia a ADOLF LOOS y su ORNAMENTO Y DELITO. Los arquitectos cubistas checos eliminan la decoración artificial superpuesta (de la que toda la ciudad de PRAGA está llena), y dejan que la propia idea generadora de la fachada sea la que la decore. No existe ornamento añadido: existe una idea que configura una forma.
4. Esa fragmentación y ese juego de planos que se doblan y se pliegan, que se multiplican sobre si mismos como fuelles o abanicos, logra una dinamización importante de la piel arquitectónica: así, las fachadas, los huecos, las cornisas, están en constante movimiento. A este respecto, también sería interesante estudiar la relación cubismo-futurismo.
5. La sencillez, limpieza de lo postizo y desornamentación que persigue la ARQUITECTURA CUBISTA encuentra su inspiración en las formas puras de la naturaleza, en los cristales minerales. Esto se manifiesta en volúmenes llenos de ángulos que se repiten de manera simétrica, en frecuentes piezas triangulares, en planos o líneas que se escalonan de manera gradual y ordenada. En formas diamantinas, facetadas, talladas en múltiples planos.
6. Las obras cubistas no escapan con facilidad de la simetría, en lógica consonancia con su modelo natural, el cristal mineral, también simétrico.
7. Por el mismo motivo (el cristal mineral como modelo), las obras cubistas tienen una fuerte tendencia a la geometrización.
8. Las obras cubistas adquieren una alta carga plástica y, dentro de su simplicidad, gran riqueza formal.Para acabar estas consideraciones hay que señalar que los principales arquitectos cubistas son PAVEL JANÁK, OTAKAV NOVOTNÝ, JOSEF GOČÁR, JOSEF CHOCHOL y MATĚJ BLECHA, que realizan sus proyectos entre 1910 y 1920. Y que, como pasa tantas veces, estas ideas también se acaban reflejando en mobiliario y objetos cotidianos: tanto en el MUSEO DEL CUBISMO CHECO como en la colección de los siglos XIX y XX de la GALERÍA NACIONAL (en el VELETRŽNÍ PALÁC) se pueden ver ejemplos interesantes (sospecho que también los habrá en el MUSEO DE ARTES DECORATIVAS, pero no lo visité).
Reconozco que la ARQUITECTURA CUBISTA CHECA me ha resultado un tema apasionante. Reconozco que he intentado documentarme buscando información sobre la ARQUITECTURA CUBISTA y, aunque pueda parecer muy presuntuoso, casi todo lo que he encontrado me ha parecido muy flojo, incluso bastante desenfocado: las ideas que apunto son, para bien o para mal, de cosecha propia. Entiendo que tal vez se trate de un tema demasiado técnico, que quizá no interesará a muchos –supongo que no habrán llegado hasta aquí- y puede resultar pesado a algunos. También reconozco que esta entrada puede estar poco contrastada y poco pulida: no he escrito –aunque me gustaría poder hacerlo- un artículo para revista especializada. Pienso que el tema se merecería un estudio más académico y no la pobre entrada de un blog, pero como por desgracia no creo que la vida me dé para hacer ese estudio, dejo aquí constancia de las conclusiones a las que he llegado después de mi estancia en PRAGA: sé que contraviene las normas más elementales que debe seguir cualquier bloggero en cuanto a longitud de un texto, pero no me importa nada; es más, no he dicho todo lo que quería, así que, como ya hice en otras ocasiones en las que el texto acabó siendo muy largo, he dividido la entrada en varias (tres, concretamente), que iré publicando a lo largo de esta semana: hoy la teoría, y a lo largo de la semana dos entradas más –fundamentalmente de fotografías- con algunos ejemplos.