
Amparo y Refugio Sánchez Emperador son dos hermanas guapas, huérfanas y pobres. Refugio es una cabeza loca, mientras que Amparo es sesuda y responsable; prácticamente vive de la caridad del matrimonio Bringas, parientes suyos para quienes trabaja. Francisco Bringas, un buen hombre, está casado con Rosalía Pipaón de la Barca, personaje vanidoso, egoísta y cínico. En esa casa Amparo conoce a Agustín Caballero, un riquísimo comerciante que ha hecho fortuna en el extranjero; reservado y poco acostumbrado a la vida social, un poco ácrata y asilvestrado (se ha formado en tierras salvajes), tiene ya 45 años y sigue soltero: un partidazo que la de Bringas desearía para su hija, todavía demasiado pequeña para poder casarse con él ... pero las cosas siguen otro derrotero mucho más natural: Caballero se enamora de Amparo, y le pide matrimonio; a ella, que también está enamorada de Caballero, se le abre el cielo. Pero en ese momento entra en escena el Pedro Polo, un cura con el que Amparo tuvo un affaire en el pasado, y la situación se complica hasta límites que no desvelaremos para no destripar la historia.
El título de TORMENTO tiene un doble sentido: es el mote que utiliza Polo para llamar a Amparo, y a la vez hace referencia al calvario que pasa la protagonista mientras se mueve entre dos hombres, un pasado turbio y una falta de sinceridad por medio.
Por sugerencia de LOQUEMEAHORRO comencé a leer esta novela, que terminé durante las vacaciones. Y me ha gustado: pienso que, sin ser el no va más, es de las que al acabar uno apunta en la lista de las que tienen interés, de las que puede recomendar. Me explico.
A pesar de la posible apariencia de folletín clásico, TORMENTO es una novela realista, crítica, colorista, llena de diálogos naturales y magníficas descripciones, con muchos toques de humor y con un final –dentro de un orden- poco convencional y desde luego nada “clásico” (rompe las normas que la sociedad de entonces tenía como intocables). El dibujo de los personajes es muy bueno, de todos –principales y secundarios: Felipe Centeno, Marcelina Polo- pero en especial del matrimonio Bringas: Rosalía parece radiografiada más que descrita. Resulta un retrato socarrón e irónico de la pareja, a quienes el autor trata con cariño pero sin ocultar su mediocridad, su poca cosa, su afán de estar por encima de sus posibilidades. GALDÓS en estado puro.
Es verdad que la historia no es magistral, que en ocasiones se hace un poco premiosa y que –en mi opinión- a Amparo le falta fuerza, es demasiado floja de ánimo, demasiado vacilante y apocada.
Pero eso no lastra la obra. Porque, sobre todo, TORMENTO es una novela con una prosa excelente: es una delicia leer un castellano tan bien escrito, tan rico, tan correcto y en ocasiones –cuando es necesario- tan “del pueblo”. En mi opinión, sólo por eso ya vale la pena leer TORMENTO. GALDÓS, además, maneja como quiere el estilo y toca varios géneros: hay narración tradicional –el autor nos cuenta lo que pasa y lo que piensan los personajes- pero también hay diálogo teatral (casi zarzuelero, diría yo), con el que empieza y acaba la obra.
Otro asunto quizá menor, pero que me ha parecido interesante, es que GALDÓS no detalla lo que pasó entre Amparo y Polo: deja así que sea el lector quien lo imagine –tiene suficientes pistas- y mantiene una elegancia –e incluso cierto misterio- que se agradece. Elegancia que seguro resultaría imposible si este mismo argumento lo desarrollara ahora algún escritor –o cineasta- de moda: relación cura vicioso/chica guapa, morbo asegurado con todo lujo de detalles (vale la pena señalar que en TORMENTO el cura vicioso acaba redimiéndose).
¿Es TORMENTO una obra maestra? seguramente no, y de hecho no es “de las que se citan” cuando hay que nombrar un puñado de títulos de GALDÓS (yo, desde luego, no la conocía antes de la recomendación de LOQUEMEAHORRO). ¿Es una obra que vale la pena? en mi opinión, sin duda: es otra de esas que crean afición a la novela española.