jueves, 12 de marzo de 2009

FRANCIS BACON en el MUSEO DEL PRADO











Desconcierto absoluto. Es la mejor manera de describir el estado en el que salí del PRADO después de visitar la exposición de FRANCIS BACON.

¿Cómo me ha podido decir tanto una obra que ni siquiera soy capaz de explicar? ¿Cómo estoy tan impresionado por algo realmente ... singular, digamos? ¿Por qué me ha convencido? ¿Por qué me he quedado enganchado en cada cuadro? ¿De dónde sale ese magnetismo tan brutal, y nunca mejor dicho lo de brutal? ¿Por qué, si entraba con cierto desapego a la obra de BACON -también con interés, todo sea dicho- salgo impactado?

La primera respuesta que me vino a la cabeza es: “porque estás ante un tipo genial; aunque no termines de creértelo, es un genio”. Después he pensado un poco más, he tratado de analizar a BACON. No es tarea fácil: antes de ir al PRADO había leído algunas cosas, sobre el artista y sobre la propia exposición, y no había conseguido hacerme una idea, ni siquiera aproximada, de lo que me iba a encontrar.


Encontré unos cuadros con figuras descompuestas, con una descomposición no reconstruible pero perfectamente comprensible, reconocible. Unos cuadros donde sólo se aprecia apariencia de verdad, llenos de irrealidad, en los que las cosas se ven en la distancia, como entre brumas. Obras salvajes, llenas de violencia. Obras desgarradas y sensuales. Obras carnales (incluso abiertas en canal ...) sin ser evidentes ni eróticas. Obras llenas de desesperación. Obras donde los instintos más elementales del hombre-animal se refleja con maestría (supongo que se va entendiendo mi sorpresa ante mi propia reacción: ¿y esto es lo que me ha interesado tanto?).

Encontré unas obras donde, con cuatro trazos en el fondo de la composición, el artista es capaz de crear espacio, de definir una situación, de hablar de una posición determinada. Unas obras donde el artista es capaz de crear unos falsos primeros planos que nos separan y a la vez nos meten en el asunto que trata: las cortinas y los velos, ocultar y enseñar.

Encontré una técnica impecable. Una presentación de los temas –estudios- en trípticos que separan visiones de un mismo asunto a la vez que las enriquecen, las hacen polifacéticas, y consiguen una tremenda impresión de soledad. Un estilo que evoluciona en el tiempo con absoluta coherencia.

Encontré una exposición bien montada, bien organizada, cómoda de visitar (¡qué bien colocada está, a medio recorrido, la sección titulada ARCHIVO!).

Encontré, sospecho, la obra de un genio que estimula lo más básico que todos llevamos dentro. En mi opinión, una visita obligada para entender a BACON: las fotos o un texto erudito –más o menos erudito- no dicen apenas nada.

Antes de terminar, una consideración sobre la insistencia que se hace a lo largo del recorrido en el ateismo de FRANCIS BACON. Quizá alguno pensará que con este comentario saco un poco -o mucho- los pies del plato, pero no deja de venirme a la cabeza: el artista –cualquier artista- con su obra expresa su manera de ver la vida, nos muestra lo que lleva dentro; cuanto más genial es el artista, mejor expresa su mundo, y mejor lo comunica; cuanto más genial es el artista, más universal es lo que expresa ... Si lo que acabo de decir es verdad (yo lo creo firmemente), a la vista de esta exposición uno concluye que la vida de los sin-Dios, que BACON representa de forma magistral, resulta animal, desagarrada, deforme. Esto necesita matices, sin duda, porque nunca se puede generalizar ni absolutizar, pero ahí queda: desde luego, da que pensar.

11 comentarios:

Ana María Espinosa dijo...

Lo que llevo peor de vivir en Jerez, es todo la maravilla, como esta de Bacon, que me pierdo.
Me han encantado tus impresiones sobre la exposición.
Eso tienen de bueno las capitales, el gran abanico cultural que ofrecen.

xGaztelu dijo...

ANA MARÍA, gracias por tu comentario.

Reconozco que vivir en Madrid es un lujazo, por todo, pero Jerez tampoco debe ser mal sitio ...

xG

Ana María Espinosa dijo...

Pues no, es un sitio ideal para vivir, salvo el inconveniente antes dicho, por lo demás, un lujo.
En las pocas ocasiones que estuve en Madrid, que me encantó, pero me sentí como una hormiga, pequeña y extranjera, en un lugar grande.

Alfaraz dijo...

¿Conocías el Bacon que tiene el Reina Sofía? Es magnífico, y anticipaba todo esto.
Claro que el montaje del Prado no solo lo realza, sino que lo convierte en espectacular.

.

xGaztelu dijo...

La verdad, ALFARAZ, es que de BACON en Madrid tenía más controlado el retrato de DYER en el THYSSEN: debo volver a la permanente del Reina ...

xG

loquemeahorro dijo...

Estoy deseando ir! A ver si no es una de tantas exposiciones que dejo pasar tontamente.

Una pregunta más prosaica ¿a qué hora fuiste? ¿y qué día? ¿había mucha gente? Es que el problema de estas exposiciones suele ser la gente que hay, que a veces impide disfrutar de la muestra como se merece.

A mí un día me atacaron unos japoneses mientras veía Las Meninas, fue como "Los pájaros" pero en excursión organizada.

xGaztelu dijo...

LOQUEMEAHORRO, fui una tarde entre semana, al salir del despacho, quizá a las seis y media: nada de cola y muy poca gente. Confieso que esperaba entrar “de gratis”, y de eso nada: esta exposición se paga siempre.

No te la pierdas.

xG

loquemeahorro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
loquemeahorro dijo...

Gracias por la información.

He borrado el comentario anterior porque había preguntado una tontería, y ya lo he visto en la página del Museo, y eso que no consigo encontrar nada ahí habitualmente.

De hecho, me apunté al news letter de El Prado, pero sigo sin enterarme de por qué puerta hay que entrar, y cosas así.

loquemeahorro dijo...

Bueno, por fin he visto la exposición. En el último fin de semana que la ponían (gran idea).

Bueno, sigo conmocionada, recordaba esta frase tuya "Cómo me ha podido decir tanto una obra que ni siquiera soy capaz de explicar?" y creo que expresa bastante bien lo que sentí.

Y es que no puedo explicar hasta que punto es inquietante y la desazón que me produjo. Hubo momentos en que me sentía hasta físicamente mal.

Entiendo ahora la fama de Bacon, y que realmente es un genio de la pintura, porque si el arte tiene que decir algo, creo que sus cuadros es imposible que dejen indiferente a nadie. Que haya alguién a quién no le digan nada.

xGaztelu dijo...

¿Ves, LOQUEMEAHORRO, como ver a BACON era “casi obligatorio”? Es de esas exposiciones que permiten valorar que el arte contemporáneo no es un cuento chino: puedes entenderlo o no, puede gustarte o no, pero desde luego no es una simpleza ...

xG