viernes, 16 de enero de 2009

EDIFICIO BAMBÚ, de ALEJANDRO ZAERA, en CARABANCHEL










De nuevo la EMV. En esta ocasión, encargando al despacho FOREIGN OFFICE ARCHITECTS un bloque de viviendas en Carabanchel.

Mis primeras referencias sobre ALEJANDRO ZAERA (que junto a su mujer, Farshid Moussavi, dirigen FOA) vienen de lejos, de algunos artículos de la revista EL CROQUIS: era más teórico, crítico y entrevistador que proyectista y constructor. Pero con su TERMINAL DEL PUERTO DE YOKOHAMA creo que todos descubrimos a un arquitecto de gran interés. Hace meses vi un vídeo antiguo (no recuerdo de dónde lo saqué: quizá era un capítulo de la serie ELOGIO DE LA LUZ), y su obra era escasa. He repasado
su sitio en la web, y las cosas han cambiado, e incluso en Madrid tenemos algo suyo. Y francamente bueno.

El EDIFICIO BAMBÚ es un bloque de vivienda social en el Ensanche de Cabanchel, relativamente próximo al conjunto de THOM MAYNE que ya comenté en selecciónARTE. Se trata de un paralelepípedo largo y estrecho, no especialmente alto (cinco alturas+baja, parece), que ocupa uno de los lados de una manzana cuadrada y liberar suelo para un buen jardín-patio en el resto del solar.

El EDIFICIO BAMBÚ tiene como acabado exterior una enorme celosía de bambú que lo envuelve por completo; cañas de pequeño diámetro –no creo que ninguna pase del centímetro- soportadas en bastidores metálicos plegables que se abren en forma de librillo. Cuando esas celosías están cerradas, el bloque resulta monolítico (aunque aquí hablar de “litos” es casi un chiste, porque precisamente lo que no hay es piedra por ningún sitio): rotundo, completamente ciego. En cambio, cuando los vecinos van abriendo sus celosías, el bloque se llena de agujeros, de rotos, de vanos que nos permiten ver largas terrazas corridas (madera que podría ser teka o iroko en paredes, suelos y techos), una estructura metálica acabada en gris grafito y un cerramiento de aluminio también en color grafito.

Y es justamente ese juego de abiertos y cerrados, de macizos y vanos cambiantes, de aristas vivas que se transforman en esquinas desmaterializadas, uno de los grandes atractivos del edificio: contrariamente a lo que se podría pensar, el EDIFICIO BAMBÚ es un cuerpo vivo, cambiante.

Esa misma idea de cosa viva y cambiante la provoca también el material. Ya decía más arriba que, de piedra, nada. Y es que el EDIFICIO BAMBÚ es –desde el punto de vista de los materiales-tremendamente orgánico, natural, “verde”: bambú de arriba abajo, con dos tratamientos que provocan un color distinto en la planta baja y en el resto, madera en las terrazas y –¡oh, enorme sorpresa!-césped vertical en el zócalo que sirve de basamento. Por mi forma de llegar al edificio y la aproximación que hice, tardé en descubrir este detalle genial (es mucho más que un detalle, cierto): un talud tremendamente inclinado –insisto, casi vertical- y plantado de verde, con sus tubos de riego y todo, absorbe las pendientes del terreno para asegurar la horizontalidad de la primera tira de bambú, y va ganado altura a medida que baja la calle, elevándose mientras da la vuelta a la manzana para llegar a formar un alto muro vegetal –un talud “natural”- que separa el jardín-patio lateral de la calle. En la acera opuesta al edificio, las entradas al garaje, en hormigón, con aspecto de entrada a una trinchera, al un bunker, al centro de la tierra.

Para mostrar lo maravilloso que es el EDIFICIO BAMBÚ (al menos al exterior, que muchos de estos interiores suelen tener truco) dejo
algunas fotos para el que esté interesado: creo que el original es mucho mejor que estas imágenes, pero sirven para hacerse una idea.

La gran duda que surge mientras uno ve (admira) el EDIFICIO BAMBÚ es ¿cuánto va a durar? ...
Por cierto, la mañana que fui a verlo, todavía con restos de la enorme nevada que había caído sobre Madrid, al menos otros cuatro como yo, cámara en mano, daban vueltas al edificio: ya se ve que el premio del Royal Institute of British Architects, RIBA, y eso de que se vaya a repetir tal cual en la expo de SHANGAI 2010 tiene su tirón.
EDIFICIO BAMBÚ EN EL ENSANCHE DE CARABANCHEL. FOREIGN OFFICE ARCHITECTS. Calle de los Clarinetes, 9-21. 28044 MADRID.

4 comentarios:

Alfaraz dijo...

Mientras leía pensaba todo el rato lo que comentas en el último párrafo. Además de epatante, esa vegetación y esos vanos que se abren, y esa naturaleza en intersección con la arquitectura...debe tener importantes limitaciones técnicas.

Por ejemplo, el riesgo de que salga ardiendo debe ser altísimo. Nos quedaríamos sin la cubierta exterior en media hora. Digo yo.

.

xGaztelu dijo...

Y dices bien, ALFARAZ: la posibilidad de asarte –o de pasar la vida con el barniz en la mano, que casi es peor- debe ser el tributo que hay pagar por vivir en un edificio singular. Pero reconocerás que la imagen es buena ...

xG

edificio bambu dijo...

Hola, vivo en el edificio bambú y la luz que inunda la casa es una maravilla, el bambú se mantiene bien. sin embargo la empresa encargado de acabar la obra ha sido una chapucera... el muro vertical está mal realizado y como consecuencia se nos ha secado ya una vez. Hemos abierto una web para protestar por esta situación y contar otras cosas de nuestro edificio: www.edificiobambu.com.
gracias

xGaztelu dijo...

Es una verdadera lástima lo mal que se construye ...

xG