martes, 2 de noviembre de 2010

ROMA: ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA


Cuando comencé a escribir esta entrada pretendía hablar de la IGLESIA DE DIOS PADRE MISERICORDIOSO. Pero al llegar al final y releerla, he visto que trataba demasiados temas y resultaba larga, así que la he partido en dos: hoy dejo lo que era -más o menos, porque ha crecido- la introducción, y mañana o pasado hablaremos de la iglesia de MEIER.

Uno, cuando se plantea un viaje a Roma, normalmente lo último en lo que piensa es en arquitectura contemporánea. En Roma hay muy muy muy buena arquitectura, pero ¿contemporánea? No: clásica, renacentista, barroca ... parece que con eso les basta. En cualquier caso, yo había rebuscado antes de salir y llevaba una lista larga de edificios contemporáneos: uno nunca pierde la esperanza, aunque sepa que no va a tener tiempo para nada; no llegue a ver casi ninguno, por supuesto. Pero sí que había un puñado de obras que tenía en la cabeza como objetivos asequibles, que me hacían ilusión y por las que tenía interés: el FORO ITÁLICO, el EUR, el MUSEO DEL ARA PACIS, la IGLESIA DE DIOS PADRE MISERICORDIOSO, el PARCO DELLA MUSICA y el MAXXI. Además, una vez en Roma conseguí una información para turistas llamada ROMA CONTEMPORANEA, editada por el COMUNE. Ofrece hasta 41 posibles visitas relacionadas con el arte contemporáneo, de muy distinto pelaje: muchas galerías y colecciones, algunos museos, muy pocos edificios –casi casi los ya señalados- y varios monumentos. Sinceramente, no me aportó demasiado; y no porque a las sugerencias les falte interés: seguramente lo tienen, pero lo que no tuve fue ocasión de comprobarlo. En realidad, no tuve tiempo para casi nada.

Vi con cierto detalle el edificio de RICHARD MEIER para el ARA PACIS: no me dijo demasiado. No tuve ocasión de visitar el FORO ITÁLICO, aunque alguna vez pasé en coche por delante; ni el EUR, del que también pasé cerca, nada más.


El AUDITORIO PARCO DELLA MUSICA es un conjunto de edificios de RENZO PIANO, destinados a lo que su propio nombre indica: salas de conciertos. La apariencia es de tres “escarabajos” de distinto tamaño, imagen que producen las potentes cubiertas metálicas. Me acerqué a verlos, pero me quedé en la valla: no se podía acceder al recinto, así que no puedo –o no quiero- opinar.


Descubrí por casualidad, sin esperarlo ni saber que existían, las puertas de la BASILICA DI SANTA MARIA DEGLI ANGELI E DEI MARTIRI. La iglesia es una visita obligada, más que conocida: el trepidarium de las termas de Diocleciano reconvertido en iglesia por mano de MIGUEL ÁNGEL, un interior singularísimo. Pero no tenía ni idea de que las puertas fueran obra de IGOR MITORAJ, escultor que descubrí en Madrid gracias a la exposición que organizó CAIXAFORUM y que me pareció interesante. Me gustaron las puertas, especialmente la derecha, que representa una anunciación.

Del MAXXI también hablaremos otro día.

6 comentarios:

  1. Yo iba con el EUR en la cabeza, me apetecía mucho verlo por lo singular y la parte histórica que tiene detrás, y la verdad es que me sorprendió, una cosa son las fotos y otra la realidad, y la verdad es que llama la atención el complejo de edificios que mandó construir Mussolini.

    La Basilica di SAnta M degli Angeli tuve la suerte de verla porque estaba justo al lado del hotel, la tenía marcada en la guía pero sólo por si quedaba tiempo, luego, como estaba tan cerca fuimos y no me arrepiento nada, realmente singular :)

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  2. CAROL, me dio cierta pena perderme el EUR, pero con sólo unos cuantos días en Roma no es posible –o más bien es absolutamente imposible- llegar a todo. Y Santa María de los Ángeles, interesante ¿verdad? Yo creo que no es una iglesia más de Roma: es de las que hay que ver. Las puertas de MITORAJ son de 2006, y este verano, además, había alguna escultura suya en el interior, supongo que de manera temporal.

    xG

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  3. xG, ese triple *escarabajo*, con su tufillo a Calatrava, me deja pensativo… Tengo la sensación —que no sé si compartes— de que, en la arquitectura contemporánea, se repite mucho un esquema consistente en un edificio «convencional» por decirlo de algún modo, *envuelto* o arropado por una estructura externa que camufla, casi diría *disimula* la forma y la misión del edificio. El ejemplo que marcó la tendencia sería la Ópera de Sydney. Igualmente los recubrimientos metálicos de Gehry, el Guggenheim de Bilbao y su clon, la sala Walt Disney de Los Angeles. Y el hotel Marqués del Riscal, un hotel pretendidamente exclusivo en el que, cuando te asomas a la terraza lo que ves es la parte *interna* del recubrimiento metálico, burdamente sujeto con viguetas. Vaya panorama. ¿Es eso arquitectura? A mí me recuerda esos decorados de Hollywood que representan fachadas de calles, donde detrás no hay *nada*. Pero me estoy metiendo en un campo de patatas…

    Sólo puedo decir que cuando entro en una iglesia visigoda, mi espíritu se eleva, mientras que esas elucubraciones de determinada arquitectura moderna evocan más bien los delirios de algún millonario californiano, la vanidad de nuestra sociedad decadente y escandalosa, en la que el derroche y el look parece ser todo lo que importa.

    Por cierto, mejor la nueva cabecera, que sugiere las ruinas de una abadía normanda. Adiós Titanlux. Un gran paso para la humanidad. Soy un *infiel*, pero no me lapides…

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  4. ENTANGLED, no te preocupes por lo de la lapidación: no es mi estilo. Si todos tuviéramos que estar siempre de acuerdo esto sería un auténtico muermo.

    No te falta razón en lo que dices, aunque el asunto pienso que es complejo. Hay que valorar cada proyecto, y nunca –o casi nunca- se puede hablar en general. Yo soy más de los que piensan que menos es más, y que lo sencillo y claro es preferible a lo complicado y aparatoso: me quedo con MIES antes que con GEHRY. Pero aparatoso no significa necesariamente artificial, ni “plástico” es siempre igual a “formalista”. Además, necesariamente hay proyectos buenos y proyectos malos.

    En el caso de los escarabajos de PIANO no creo que la forma sea una tapadera de nada: en el fondo reflejan con bastante obviedad lo que hay dentro, tres salas de conciertos. Quizá el problema está en que no es muy buen proyecto: como no conseguí entrar, me quedo sin opinar (aunque lo poco que vi …). El Guggenheim me parece un gran edificio: no es mi estilo preferido, pero me parece una obra de alta calidad. En cambio, lo que he visto en fotos de Marqués de Riscal –no he visitado el hotel- es explotar el éxito sin mucho sentido de la arquitectura, parece que es adornar por adornar, con una forma superpuesta. Vistosa, seguramente, pero poco justificable. Y si encima se le ven las tripas, no te digo nada.

    La entrada de hoy sobre la iglesia de MEIER y la forma vs la función va un poco –no del todo- por aquí.

    La dificultad está en el criterio del crítico: ¿por qué el Guggenheim es bueno y Riscal peor? ¿Por qué lo dice xG? Y aquí comienza el lío … Siempre hay que saber quién habla, cuánto sabe el que habla, y de quién me fío.

    Gracias por tu comentario,

    xG

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  5. Lo estético y lo funcional, lo clásico y lo moderno, lo convencional y la innovación..., en arquitectura, como en todas las artes, y en general como todo en este mundo, se evoluciona precisamente por esa lucha entre fuerzas antagónicas.
    No creo que la arquitectura contemporánea se dedique a disfrazar un edificio convencional, al menos en muchos casos los arquitectos tienen clara la misión y función de los edificios. Lo mismo podría pensarse al comparar un templo románico con uno gótico, y no digamos uno barroco tardío. Cada uno trata de crear un ambiente y una sensación muy concretas y definidas perfectamente.
    El Guggenheim de Bilbao es un edificio "organico" (no como los de Wright, xGaztelu), porque es un edificio que cumple su función al 100 por 100, adaptándose, como lo haría un ser vivo, a cualquier condicionante que imponga lo que se exhibe en su interior, de forma que siempre es diferente, cambiante.
    Otra cosa es la bodega. Pero aun así hay que tener en cuenta lo que se quería conseguir con ese edificio, en especial por parte los patronos, y es algo que Ghery ha plasmado de una manera bastante digna; e inevitablemente cualquier trabajo posterior de Ghery parece ahora una copia de si mismo... , aunque es difícil salir de una fórmula que funciona. El mismo Mitoraj, que me gusta, y mucho, tiene un patrón sencillo y que repite sin cesar ;-D.

    Saludos!
    Roberto

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  6. ROBERTO, estoy bastante contigo en lo que de la buena arquitectura (contemporánea o de cualquier época) nunca trata de disfrazar edificios: el asunto –en mi opinión bastante complejo- está más en la necesidad del ornato, o su carácter anecdótico, en su “prescindibilidad”: ya recuerdas a LOOS. Es aquello de la forma como elemento arquitectónico o la forma por la forma; el adorno necesario o el adorno para embellecer lo que de por si es soso o no tiene carácter; lo superfluo frente a constitutivo de la idea (porque a veces la idea puede ser precisamente esa, exceso de forma).

    Otro asunto interesante que planteas –y en mi opinión, o al menos en mi cabeza, tampoco evidente- es el del estilo propio del artista frente a la repetición sistemática de una misma idea (quizá sea más correcto decir aquí “una misma solución”). Se me ocurren consideraciones del tipo “evolución del estilo”, “desarrollo de ideas”, “profundizar en la investigación” … todas aceptables. Pero también me viene a la cabeza “explotación del éxito”, “comodidad”, “conformidad” … cuestiones menos aceptables. Algo más tendría yo que pensar para no decir simplezas.

    xG

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