lunes, 23 de octubre de 2017

RUSIA, de EDWARD RUTHERFURD


RUSIA (o, RUSOS o RUSSKA, dependiendo de las ediciones) es, como todas las obras de EDWARD RUTHERFURD, un texto larguísimo en el que el autor novela la historia de Rusia con su técnica habitual: relata la historia del país –el verdadero protagonista de RUSIA- a través de las peripecias de varias familias que se van cruzando a lo largo del tiempo en un puñado de escenarios; en este caso, fundamentalmente las dos Russka (ciudades imaginadas), Kiev, Moscú y San Petersburgo. Así lo resume la contraportada:

Guerreros y eremitas, boyardos y siervos, héroes y heroínas románticos, ancianas damas ricas, buscadores de fortuna y exiliados…Los personajes de Rusia habitan en un mundo contradictorio de bosques, estepas, iconos y hachas, fe ortodoxa y persecución a los judíos, hermosas iglesias, palacios magníficos y pueblos miserables; de arte popular ruso y operas suntuosas, de Tolstói y Lenin, Chaikovsky y Rasputín. Desde las tribus nómadas de las grandes planicies de Eurasia hasta hoy en día, a través de la vida de un pequeño pueblo al este de Moscú, Rutherfurd sigue las tribulaciones de cinco familias desde la invasión tártara hasta el reinado de Iván el Terrible y los salvajes cosacos, la dinastía de Pedro y Catalina hasta el drama de la Revolución y los posteriores sucesos contemporáneos componiendo el mosaico al que nos acostumbró con Londres, Nueva York o París a la vez que consigue, con su extensa documentación y su escritura trepidante y veloz, atraparnos en las redes de uno de los países más contradictorios y fascinantes del mundo.

Entretenido y correctamente escrito, hay que cogerle el ritmo: el lector debe tener paciencia en el arranque del libro y confiar un poco en el autor; a medida que el texto avanza, mejora. RUSIA tiene, en mi opinión, el acierto de construir unos personajes creíbles a lo largo del tiempo, y dar una imagen global conseguida de la interesante historia rusa; y el defecto de resumir en exceso los grandes momentos de esa historia y resultar algo intrascendente en los sucesos que narra, paralelos a los importantes.

Yo comencé la novela en mayo, antes de viajar a Rusia, para hacerme una idea del país: debo reconocer que lo dejé a las 100 páginas. A la vuelta del verano, cuando ya conocía y había visto la historia rusa, lo retomé y he llegado hasta el final, poniendo cierto empeño por la longitud de la novela (en varios momentos uno se pregunta qué hace leyendo esas casi 900 páginas…), pero también interesado con el contenido.

En cualquier caso, RUSIA me ha parecido una obra más floja que los otros títulos que he leído de RUTHERFURD: Londres, Nueva York y París.

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